No nos queda otra alternativa que defendernos contra los enemigos gratuitos de nuestra Patria. Ya lo hicimos contra países más poderosos que el nuestro, sabemos cómo luchar y que sepan que no somos Noriega o una islita del Caribe. Que nos desconsideren y ataquen los pagados para justificar sus sueldos a eso estamos acostumbrados. Pero que las embajadas que comparten nuestro suelo, comen nuestra comida y disfrutan de nuestras playas, no nos defiendan sabiendo que tenemos razón ¡es inaceptable!.
Si somos racistas como dicen los que más lo son ni perseguimos a nuestros vecinos. ¿Por qué no se asilan en esas embajadas que es lo mismo que cruzar los océanos? Esos sería una alternativa para esos pobres ilegales y le costaría menos a nuestro Gobierno.
A los embajadores que comparten nuestra tierra queremos saber ¡YA! quiénes están con nosotros o en contra.
Si no son hipócritas, como imaginamos, saben de sobra cómo se comparte aquí con los haitianos legales o ilegales, saben de sobra que ninguno de sus países, serían capaces de cargar con esta situación.
Por lo menos queremos saber ¡ya! quiénes están con nosotros y quiénes en contra.
Los racistas son los anti dominicanos, que por intereses muy personales o políticos en sus países, si tienen problemas de racismo y buscan excusas en la República Dominicana, el país que más ayuda a unos vecinos que no solo han demostrado su enemistad e ingratitud contra nosotros sino que son incapaces de gobernarse por sí solos.
Quítenos este problema y que cada embajada abra sus puertas y reciba a 1000 haitianos o sino como dijo un monarca que entendemos es nuestro amigo “porque no se callan”.
