La prohibición no es buena, la prohibición aliena y excluye, la prohibición manipula

Examinadlo todo; retened lo bueno (1. Tesalonicenses 5:21). Es verdad que hay situaciones que no quisiéramos ni debiéramos transitar, porque la experiencia ha demostrado que cuando descubrimos nuestra equivocación no hay retorno.

Pasa con el asunto de las drogas  o el intento de suicidio por ejemplo. Después de te lanzaste debajo de una patana que transita a gran velocidad, sólo Dios te podría salvar.  Humanamente no hay retorno, ni arrepentimiento válido después que te lanzaste al vacío. O el camino de vuelta atrás es tortuoso y difícil si es que lo puedes hallar. (En el caso de las drogas)

No sé  a quién, nuestras leyes y nuestra Constitución, ha erigido en filtro de lo bueno y de lo malo, de lo correcto y de lo incorrecto (a cual institución o a qué persona). Al contrario nuestra constitución establece: (artículo 40 inciso 15) “A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe…”.

Pero Nuestro Ordenamiento Superior, también dispone: (artículo 49).- Libertad de expresión e información. Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa. En su inciso 1 dispone expresamente “Toda persona tiene derecho a la información. Este derecho comprende buscar, investigar, recibir y difundir información de todo tipo, de carácter público, por cualquier medio, canal o vía, conforme determinan la Constitución y la ley”.

Ahora bien, no significa todo esto que tenemos una libertad tan absoluta que reine la anarquía  la inmoralidad y se echen  a rodar nuestros principios. No, en lo más absoluto, porque para eso “concertamos un contrato social con el Estado”.  La propia Constitución manda a que la vigilante de eso sea la ley y orden público; y éste último  es hijo de la ley, por eso el párrafo único del  artículo 49, antes citado establece. “El disfrute de estas libertades se ejercerá respetando el derecho al honor, a la intimidad, así como a la dignidad y la moral de las personas, en especial la protección de la juventud y de la infancia, de conformidad con la ley y el orden público.

Sin olvidar lo anterior, sería bueno que los que se están rasgando las vestiduras por el contenido de algunos textos nos muestren la ley con vigencia y bajo el amparo de nuestra constitución  actual, que prohíbe u ordena la censura previa de algunos textos, si al examinar los mismos, los encontramos contrario a la moral, a nuestras buenas costumbres, a nuestros principios. Si no existen, sino hay un policía designado para esto, entonces lo que debemos hacer con argumento a contrario es no incentivar  su lectura, no recomendarla como un libro de texto, aclarar los conceptos o contenidos en él que creemos erróneos o contrarios a nuestros principios o moral; pero jamás, prohibir su circulación por el efecto contrario que eso trae consigo y porque nadie nos ha dado ese derecho.

Quiero aclarar que soy cristiano y mi ley cristiana, la Biblia, repudia las acciones de homosexualidad.  Levítico 18: 22  “Y no debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable”.  Y en  1 de Corintios 6.9 encontramos  ¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales.

Pero en esa misma Biblia, Jesús, El Cristo, me manda a respetar los derechos de todos y brindar a amor a todos, a aceptar a la persona cualquiera que sea su condición y con amor y tolerancia traerla al camino correcto al camino de la verdad.

Con esto quiero dejar definitivamente sentado  que no estoy en consecuencia de acuerdo con las relaciones homosexuales o lésbicas, pero yo no tengo el poder terrenal, ni creo que nadie lo tiene de prohibirla o de prohibir literaturas que la promuevan, además sería, como está la tecnología hoy día, imposible impedir que mis hijos e hijas, accedan a esa clase de información.  Lo que sí está en mis manos es reforzar como ya dije antes, los valores cristianos y morales con mi ejemplo como persona, lo que sí puedo hacer es, incentivar la familia natural, hombre  mujer (no por rol)  e hijos nacidos con una relación natural, sana y respetuosa.

Lo que puedo hacer es dar valor y significación a mis creencias para que mi ejemplo sea la mayor literatura y mi influencia positiva tenga suficiente claridad para ahuyentar las sombras de lo que considero inmoral y falto de valores cristianos;  con los que predico mediante mi ejemplo.

Finalmente, hoy, como  sucedió en principios, mueren cristianos por sus creencias; por la intolerancia,  por la prohibición y el libro inmoral allí, en donde matan los cristianos, es la Biblia. Ese es el libro censurado  ¡¿Qué le parece¨¡? Hasta la próxima.

Dr. Darío Nin

 

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