Editor Freddy Medrano
SPRINGFIELD, Illinois, EE.UU. ( Tomado de AP).- El presidente Barack Obama regresó el miércoles a la capital de Illinois, donde arrancó su carrera política nacional, y apeló por ayuda para eliminar las políticas de “polarización y bajezas” que desalientan la participación en la vida cívica.
En un mensaje ente la Asamblea General de Illinois, Obama dijo que lamentaba su fracaso para aplicar a la política de Washington las lecciones que había aprendido sobre trabajo en los pasillos políticos como senador estatal, señaló, pero “se requiere civismo y un sentido de que somos uno”
“Hoy, ese tipo de civismo está amenazado por un clima político venenoso que aleja a la gente de participar en nuestra vida pública”, dijo Obama. “Desconecta a la gente; la desalienta; la vuelve cínica. Y cuando eso ocurre, voces más poderosas y extremas llenan el vacío”.
El mandatario ofreció unas cuantas fórmulas para cambiar el clima político, incluyendo reducir la influencia de grandes capitales en la política, cambiar la manera en que son trazados los distritos del Congreso y facilitar a la gente votar en elecciones.
Durante casi una hora, Obama habló ante la Asamblea General en su adornada cámara legislativa, exactamente nueve años después de que se puso de pie en la escalinata del antiguo Capitolio del estado para anunciar lo que pareció entonces el inicio de una contienda por la presidencia que no tenía muchas probabilidades de éxito. Antes de dirigir el miércoles su discurso cargado de nostalgia pidiendo civilidad en la política, Obama visitó uno de los sitios que frecuentaba para almorzar, saludó a comensales y realizó un pedido para llevar.
Obama habló afectuosamente sobre que llegó a conocer a sus colegas en Springfield paladeando pescado frito y jugando póquer, un aspecto que ha desaparecido de la vida política en Washington ya que los miembros de la Cámara de Representantes y del Senado salen apresurados de la ciudad los fines de semana para pasar tiempo con la familia en sus ciudades de origen.
“Los extraño”, dijo cuando salía de la alborozada cámara legislativa.
En su último discurso sobre el Estado de la Unión, el mes pasado, Obama admitió que desde su elección había empeorado en Washington el rencor y la suspicacia, en lugar de mejorar. Repitió el miércoles ese lamento, y lo atribuyó a su “incapacidad para reducir la polarización y mezquindad en nuestra política”, uno de sus pocos arrepentimientos como presidente.
La visita de Obama a su ex territorio personal en Springfield dio inicio a un viaje de toda una semana a California, donde recaudará dinero para demócratas, aparecerá en el programa de televisión “The Ellen DeGeneres Show” y será anfitrión de una reunión de dos días de los líderes de 10 naciones del sureste asiático.
Por muchas razones, sin embargo, el llamado de Obama a recuperar el significado de civismo y restaurar el sentido de propósito común es más difícil que nunca para conseguir.
