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Luís Abinader Corona tiene mucho que exhibir y mucho que perder.
Proveniente de una prestigiosa familia, este político joven nacido en 1967 y que ha pasado por prestigiosas universidades como Harvard donde se graduó de economista, es todo un fenómeno.
Lo obtenido por Abinader Corona en un año de activismo político no lo pudo lograr Juan Bosch que al salir del PRD y fundar el PLD obtuvo 14 mil votos y ni hablar de Jacobo Majluta con el PRI, Peña Gómez con el BIS y más recientemente Hatuey De Camps con el Partido del Toro.
Obtener más de un millón de votos, síndicos, regidores y representación en distritos municipales, Parlacem y estar en la casilla dos en las elecciones del 2020, convierten al PRM y Luis Abinader Corona en representante del 35 por ciento de la población, que no es paja de coco.
Esa representación compromete a Abinader Corona a manejarse como un hombre de estado, con sangre fría, sin renunciar a sus derechos, pero teniendo el cuidado de preservar su figura y prestigio de hombre prudente.
En política, no hay derrotas definitivas y el mejor ejemplo de eso es el doctor Joaquín Balaguer que en medio de la euforia por la decapitación trujillista y siendo figura prominente de ese oprobioso régimen, se asiló en la Nunciatura ante la burla de sus adversarios que le llamaban muñequito de papel.
Ese Balaguer que salió en forma humillante del poder en 1962 llegó en 1966 al Palacio Presidencial donde duró doce años y luego volvió a la presidencia desde 1986 hasta el 1996 y al salir nuevamente de la jefatura del estado murió siendo admirado y reconocido por sus más tenaces adversarios que lo bautizaron como padre de la democracia.
En la historia política, el azar es una constante y parece que el destino ha colocado al Luís Abinader Corona como el contrapeso político en un momento estelar de la sociedad dominicana para que juegue su papel de opositor, pero hágalo con sensatez.
No hay que olvidar que esos votos que logro Abinader, no son sus votos, como algunos dicen. Esos son los mismos votos de PRD, de Hipolito Mejia, de cualquier otro dirigente de la tendencia perredeista (hoy PRM), que hubiese sido el candidato. Si en las proximas elecciones Abinader no resulta ser el escogido de esa tendencia politica, deja de tener esos votos.