¿Horario de 9 a 4? ¿y qué pasa con las familias y las escuelas?

Por Humberto Salazar

Los argumentos del Ministerio de Administración Pública para someter un cambio en el horario de los empleados públicos nos parecen tan superficiales, que el gobierno, en caso de tomar una decisión afirmativa, podría verse expuesto al chasco aquel del cambio de horario de Hipólito Mejía, quien tuvo que recular ante la presión de la ciudadanía.

La explicación del ministro Ventura Camejo de lo entregado al Presidente de la República como propuesta, modificar el horario de entrada de los empleados públicos para las 9 de la mañana con salida a las 4 de la tarde, como solución a los problemas del tránsito, nos deja con mas preguntas que respuestas y mas preocupación  que tranquilidad.

Lo primero es, que no es posible fundamentar una medida como esta en el tema del tránsito y las horas pico, que al final existen en todas partes del mundo, porque sería la implementación de una “solución” en todo el territorio nacional, para resolver un problema que se presenta únicamente en Santo Domingo y Santiago, que es donde está el grueso de los vehículos que circulan en el país.

Pero además, como que las cuentas no le salen al MAP y menos a nosotros.

De toda la mano de obra empleada en la República Dominicana, el sector público abarca entre el 12 y el 15 por ciento, tomando números máximos; el resto se divide entre los empleados privados y los que trabajan por cuenta propia que es la gran masa laboral.

Y del porcentaje que hablamos, el MAP excluye en la medida propuesta a los Ministerios de Salud y Educación, los que tienen mayor cantidad de empleados, por lo que quedarían incluidos en el cambio de horario solo los que trabajan en los ministerios mas pequeños y, nos imaginamos, los trabajadores del sector descentralizado del gobierno.

Es decir, por la naturaleza propia de sus labores y como no habrá cambios en los horarios de entrada a los centros escolares, ni en el inicio de las labores hospitalarias, cerca del 40% de los empleados públicos seguirá con el mismo horario en que realiza sus labores actualmente.

Pero además, existe un componente familiar que hay que tomar en cuenta, en caso de que el gobierno acoja la propuesta del MAP, se estaría causando serios problemas a los padres y madres de familia que utilizan medios de transporte privados y públicos para dejar a sus hijos en las escuelas y colegios.

Son miles las familias que salen juntas en el mismo vehículo temprano en las mañanas para hacer una ruta que deja a los niños en la escuela, a la madre en su trabajo y termina en el parqueo del trabajo del padre, es decir, si no se unifican los horarios escolares y de trabajo, entonces se estaría causando serios trastornos a estas personas.

Este tema no es tan simple como el dictado de una orden desde un ministerio cualquiera, ya que hay que tomar en cuenta los usos y costumbres de una sociedad donde cada vez mas tanto el hombre como la mujer tienen que trabajar para mantener el hogar, y se turnan para atender a los hijos que tienen que asistir a la escuela.

Imaginemos que una familia tiene un solo vehículo, donde se le modifica el horario de trabajo al padre o a la madre, y los hijos siguen con la obligación de entrar a los colegios y escuelas a las 7:30 de la mañana, como ocurre con la inmensa mayoría de los estudiantes, que pasará entonces con los que dejen a sus hijos en ese horario y tengan que esperar hasta las 9 de la mañana para comenzar sus labores cotidianas.

Sin contar con los problemas de horario que se le presentarían a estas personas para ir a buscar a sus hijos, que salen generalmente a las 2 de la tarde, exactamente la misma hora en que salen los empleados públicos, y con el horario propuesto tendrían que organizarse para buscarlos a las 4 de la tarde.

Escribimos esto de forma tan gráfica y práctica, porque cuando nos enteramos de la propuesta, recordamos perfectamente aquella medida de Hipólito en el año 2000, cuando cambió la hora dizque para aprovechar la luz solar del invierno, y tuvo que echar hacia atrás por la protesta de la ciudadanía que se manifestó de forma masiva en las calles encendiendo la luz de sus automóviles.

Para que esto no ocurra, tendría que producirse una modificación de los horarios escolares tanto a nivel público como privado, porque lo usual, y esto se puede notar en las vacaciones escolares, es que los padres lleven a sus hijos a las escuelas y sigan hacia sus centros de trabajo tanto públicos como privados.

Además. el argumento de que esto va a contribuir a resolver el caos vehicular de la ciudad no tiene ningún peso, porque los problemas de transito en la República Dominicana y específicamente en las ciudades, no son causados solamente por la afluencia de vehículos a ciertas horas del día, existen una serie de factores que, de no resolverse, harían de una medida como esta algo inútil desde sus inicios.

Lo que ocurre en nuestras calles y carreteras es una falta de autoridad increíble, no existe educación vial, se le entregan licencias de conducir a cualquiera, no hay rigor para el cobro de las multas (solo se paga el 3% de las contravenciones), estas entre otras son muchas de las causas de los entaponamientos permanentes que padecemos.

Además debemos ser uno de los pocos países del mundo donde se utilizan vehículos de 5 pasajeros para el transporte colectivo, los llamados carros de concho son un anacronismo que llena nuestras calles de tiestos que ocupan el espacio que deberían ocupar autobuses de transporte masivo.

La fiebre no está en la sabana señor Ventura Camejo, sus intenciones pueden ser muy loables y estar revestidas de la mayor pena fe, pero es posible que si se aplicara algo como lo que el MAP propone, el problema sea mucho mayor que la solución deseada, la discusión está planteada.