Por Humberto Salazar
Hace algunos años, aprovechando la cercanía con el fenecido Canciller Carlos Morales Troncoso, le preguntamos el porqué confrontaba públicamente a cualquier embajador, especialmente el de los Estados Unidos, si intervenía o hacía comentarios de cualquier tipo sobre la situación interna de la República Dominicana.
Esto porque por muchos años se dijo que Don Carlos, era uno de los dominicanos con mejores relaciones en el Departamento de Estado, y nos resultaba curioso, que a pesar de ello, respondía en forma muy dura al mas mínimo comentario que comprometiera la soberanía nacional.
Nos dijo francamente: ¨Humberto, lo que ocurre es que a esta gente hay que ponerle límites desde el primer momento, si los dejas que intervengan en la política del país, hasta se atreven a salir a hacer campaña electoral por un candidato que les convenga¨.
A nuestro entender, esto es lo que ha sucedido con Wally Brewster, quien ha invadido espacios con sus palabras, que son inaceptables para un país soberano como la República Dominicana, y hasta el día de ayer, parecía que nadie lo iba a poner en su puesto y recordarle que no es su misión intervenir en los asuntos internos de la República Dominicana.
Algo que no dijo Brewster en la entrevista que salió publicada en el periódico Listín Diario esta semana, es que una de sus mas grandes frustraciones, debe haber sido no lograr que su candidato a la presidencia de la República, el que le iba a servir como agente para imponer sus puntos de vista a una nación soberana, no ganó las elecciones.
Parte de lo que si dijo Brewster fue respondido ayer por el Presidente Danilo Medina, quien asumió la defensa del país y su gobierno, ante los comentarios desconsiderados del embajador de los Estados Unidos, lo que creemos pone las cosas en su lugar en relación a este personaje, que por su vedetismo pasará a la historia como un pintoresco y peculiar individuo digno de olvidar.
Ayer nos enteramos, que a pesar de todo lo que dice públicamente el señor Brewster, nunca ha llevado un solo caso de corrupción, incluyendo su denuncia de pedido de sobornos por parte de funcionarios del Estado dominicano, a los oídos o vista del Presidente de la República, lo que significa que sus denuncias en la prensa son solo señales de humo.
Es mas, ayer el Presidente Medina lo invitó a que si tiene alguna prueba o denuncia de algún caso específico de corrupción en el gobierno lo presente, es mas, las palabras de nuestro presidente fueron tan directas que será muy difícil para Brewster sacarle el cuerpo a un tema que trata tan alegre como irresponsablemente.
Dijo el presidente: ¨les he dicho a ellos, que si tienen casos concretos (de corrupción) que los señalen¨.
Y le preguntó en forma pública: ¨cuál es la corrupción de que habló y los escándalos que, en ese sentido se han presentado en el presente gobierno¨.
Pero además, Brewster se explayó en la entrevista a que hicimos referencia en el tema del narcotráfico, calificando a nuestro país como un ¨puente grande¨ de tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, y que ha tratado este tema con las autoridades dominicanas.
El Presidente le respondió, con la continuación de la figura metafórica que usó Brewster, el embajador habló de un ¨puente¨, que es una estructura que se usa como vía de comunicación entre dos áreas geográficas separadas, pues si fuéramos un puente sería hacia una ¨avenida de diez carriles¨ que es el destino de la droga en los Estados Unidos.
Muy poca calidad moral tiene el gobierno norteamericano sobre este tema en la República Dominicana, donde envía de vuelta a los principales capos de la droga que han sido capturados con el esfuerzo de nuestras autoridades, después de llegar a acuerdos con la justicia de ese país.
Hablar de que somos un ¨puente grande¨ de tráfico de drogas, es otra expresión irresponsable por parte de Brewter, quien debe canalizar sus quejas, si es que las tiene, por la vía diplomática, es decir el Ministerio de Relaciones Exteriores, y ha preferido la via de las declaraciones de prensa para tratar temas tan delicados como este para las naciones involucradas.
El tema del tráfico de drogas reviste tal delicadeza y posee tantas aristas, que resulta hasta extraño, a no ser por las debilidades de comportamiento que han caracterizado al embajador de Estados Unidos a su paso por el país, que alguien de su nivel se atreva a tratar este tema de forma tan alegre e indelicada.
Por esto es que tuve que recordar la conversación con Don Carlos Morales el día de ayer, ante el silencio de quienes tienen que hablar y darle el frente a Brewster, pues le respondió la principal figura política de la República, es decir, Danilo fue al final quien lo puso en su puesto.
