Escuela de Parejas como un nuevo ensayo en la reducción de la violencia contra la mujer

Dario Nin
Dario Nin

Por Darío Nin

La Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la Resolución número 54/134, del 17 de Diciembre del 1999, declaró el  25 de noviembre como el día internacional de no violencia contra la mujer. Precisamente inspirados por el negativo  y  más, el funesto recuerdo del asesinato de las Hermanas Mirabal

Esta Declaración viene precedida o encuentra apoyo legal en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, aprobada por la Asamblea General  de las Naciones Unidas con la Resolución 48/104, de 20 de diciembre de 1993, y en su Resolución 52/86, de 12 de diciembre de 1997, las que identifica como “Medidas de prevención del delito y de justicia penal para la eliminación de la violencia contra la mujer”

Aunque  ese desgraciado hecho;  el del asesinato de las Hermanas Mirabal,  estuvo muy lejos de la violencia intrafamiliar que es la responsable en el mayor de los casos  y en estos tiempos, de la violencia contra la mujer. (No es el único) ya que la violencia se da en muchos otros contextos. No cabe duda que el enfoque de hoy está apuntando a los feminicidios  y otros crímenes y delitos que provienen del ámbito de la relación de pareja.

 Vistas así las cosas, la prevención del delito ha de ser la base de todo esfuerzo para la consecución del fin buscado.  Hacemos muy poco  cuando nos enfocamos en el aumento del castigo; por mucho que leamos y nos informemos sobre  el hecho de que el castigo por  la violencia contra  la mujer ha aumentado; eso no causa gran efecto. Total, nadie aprende por cabeza ajena y cuando se aprende por la propia ya el mal está hecho.

Para graficar; es como lo que hacen algunos agentes de la AMET, que buscan un lugar no visible para colocarse, esperando que el conductor viole el semáforo o se meta en vía contraria para luego él salir al frente y poner una sanción, sin pensar que sería mejor que viéndolo desde lejos, el conductor se abstenga  de cruzar en rojo o meterse en vía contraria y así evitar por demás, un posible accidente.

Pero además de ponderar este hecho; en lo concreto, qué aporto yo desde aquí. Mi aporte va en el sentido enunciado en el título del escrito, que a continuación detallo lo más resumido posible.

Propongo  la creación de La Escuela De Parejas, pero no  con teorías ni con fórmulas sacramentales que nunca cuajan.

No, mi propuesta es simple: escuelas públicas y privadas conjuntamente con instituciones como el Ministerio de la Mujer, el Defensor del Pueblo, las Regionales de Educación  o los Distritos Educativos, los ayuntamientos o alcaldías, el Ministerio Público, el Instituto de Dignidad Humana de la Policía Nacional  los órganos o ONG que denuncian violaciones a derechos humanos y  por supuesto toda institución o empresa  pública o privada que se quiera unir a la iniciativa,  emprendan una jornada de incentivos a sus empleados, miembros  y colaboradores, permitiendo y apoyando la impartición de charlas, conferencias y talleres en sus instalaciones o incentivando y motivando a estos  para que acudan un día al mes por lo menos  a una jornada de orientación o capacitación.

¿Dónde se desarrollarían esas jornadas? en la escuela o colegio  más cercano a su residencia. Locales y jornadas disponibles  previa coordinación y colaboración con directores  de centros, con padres y amigos de las escuelas, y con maestros y estudiantes (previamente capacitados que servirían de facilitadores).

Se tendrá  un público  a participar como docentes compuesto por los empleados y colaboradores  de las distintas instituciones y empresas o personas motivadas individualmente a través de invitación  abierta o de las juntas de vecinos, asociaciones, cooperativas y similares.

En  esta escuela de pareja  se discutirían  temas  o contenidos  como Derechos Humanos,  Dignidad Humana, Buen trato, respeto, amor propio, altruismo, autoestima, comunicación asertiva, resiliencia, lenguaje de amor en fin educación para la vida, la paz y la buena convivencia.

¿Una utopía? Verdad…  ¡Un sueño más de un iluso!  Tal vez sea verdad. Pero si esa es tu reacción recuerda que una jornada de mil kilómetros empieza con un paso, que si el triunfo fuera fácil, todos fuéramos triunfadores, que todo lo que ves hoy en concreto, fue antes una idea, que más vale un cc de buena voluntad  o de optimismo, que mil kilos de pesimismo.  Que en cada ser humano viven dos lobos invisibles  el bien y el mal  que están en constante lucha y que al final vencerá  el que más alimentes, que alguna vez en tu vida debes decidir emprender hasta triunfar o sentarte a ver los que van triunfando, que los obstáculos son esas cosas horribles que ves cuando quitas los ojos de tu meta, que el Hijo del Hombre, vivió un poco más de treinta años, que enseño sólo por tres años en un recóndito lugar de la tierra y que hoy esas enseñanzas cuentan con  más de dos mil doscientos millones de seguidores en toda la tierra y continúa crecido constantemente.  Finalmente recuerda que las utopías no se logran pero sirven para que avancemos.

Hasta la próxima.

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