Por Darío Nin
Atendiendo a una invitación que nos hiciera Miguel López Rodríguez, en Su condición de vocero de la Orden Fraternal de Oficiales de Policía en el Estado de New York (FOP 920) y Presidente del Comité Político Latinoamericano (COPOLA), mismo que conociendo mi relación como facilitador del Instituto de Dignidad Humana de la Policía Nacional (IDIH), y sintiéndose dominicano “de pura sepa con el corazón enterrado en las montañas de Jarabacoa”; a pesar de los años de residir en los Estados Unidos, quiso que viviera esta experiencia con el interés de que lo que yo pudiera vivir o experimentar allí, lo llevará al seno de la policía nacional y más aún al sentir de la opinión pública nacional.
Una vez concertada la cita, a la que acudimos Miguel López, en la condición ya indicada, Albania Vizcaíno Reyes, en representante de la Federación Nacional de Mujeres Trabajadoras y este servidor en representación de Centro Persona, nos recibió como anfitrión y guía el Sargento Jhonny Núñez, un instructor de dicha Academia tan dominicano como los que constituíamos la comisión, pero quien goza de parte de quienes allí laboran de una consideración y respeto dignos de destacarse.
Este con una amabilidad extrema y un sentido de cooperación y servicio encomiables, dedicó varias horas a explicarnos todo lo relativo al enorme complejo que constituye la Academia de policía de la ciudad de New York, sita en College Point Queens. Ésta fue apenas inaugurada en el mes de diciembre del 2015, y aún no está operando a plenitud, e incluso todavía tiene áreas en construcción o en habilitación.
Lo primero que nos destacó con sus ojos lleno de orgullo o satisfacción, fue que dicho enorme y moderno complejo fue diseñado por un dominicano, el arquitecto Finioski Peña Mora, quien se desempeña como encargado de edificación de la Ciudad de New York. Que la obra se concibió con un presupuesto de mil ochocientos millones de dólares y que por supuesto, está catalogada como la más moderna y grande del mundo.
Señores esto hay que verlo, estar ahí para apreciar de qué se trata realmente. Dicha edificación tiene una extensión de 730 000 pies cuadrados, cuenta en su interior con dos enormes canchas de baloncesto con un tabloncillo de la más alta calidad, a la altura de NBA, cuenta con más de mil estacionamientos, un restaurante con seiscientas sesenta sillas, auditorio con capacidad para 800 personas, una librería de
dos pisos, y lo más impresionante, dentro está simulada la ciudad de New York: se recrea el tren, calles, bancos, tiendas, un edificio de apartamentos con un apartamento completo, en fin, y no estoy exagerando, es como si dentro estuviera en miniatura lo principal de la Ciudad de New york.
A Nadie debe quedar duda que la Ciudad de New York no es ni sombra de lo que fue en la década de los 90. Hoy la ciudad exhibe seguridad en sus calle una presencia de policía en cualquier lugar, un temor de los ciudadanos al faltarle el respeto, y un cuidado extremo por no violar la ley pues los “ Tiqueros” como le llaman aquí, no cogen corte, como dirían por allá y hay de aquel que intente sobornarlos:
Aspirar a una academia así en la República Dominicana, sería más que soñar despiertos, pero lo que quiero dejar claro es que dentro de nuestras posibilidades reales, no debemos escatimar esfuerzo para dotar nuestro país de una policía moderna e insobornable; que inspire el respeto necesario para que se imponga de igual manera el respeto por la ley y el orden.
Hasta la próxima.
