Abandono municipal

Manuel Hernández Villeta
Manuel Hernández Villeta

Por Manuel Hernández Villeta

Los ayuntamientos han terminado siendo oficinas para recoger basura y lidiar con buhoneros. Ahora mismo nadie puede decir en la práctica cuál es la función de un alcalde ni el trabajo que está realizando. No se  tiene el corta-frío para  determinar donde comienzan las acciones del gobierno central y en qué punto terminan las de los ayuntamientos.

La mayoría de los ayuntamientos  parece que carecen de recursos propios para llevar a cabo obras de bien social. Si uno pasa revista al trabajo de los ayuntamientos de todo el país llegará a la conclusión de que sólo tienen como preocupación general recoger los desperdicios.

Pero es un dolor de cabeza que no deja resultados a la vista. Los barrios del Gran Santo Domingo están llenos de basura. No importa si los desperdicios se recogen en la noche o en la mañana. Malos olores por doquier parece que es la evaluación final.

No hay política firme de cómo higienizar la ciudad. Lo primero es llevar a cabo una tarea educativa. Podrían algunos ayuntamientos trabajar de buenas intenciones, pero la mayor parte de la ciudadanía no tiene cultura comunitaria. Tira los desperdicios por doquier.

Con los buhoneros, los ayuntamientos, mejor dicho sus alcaldes, actúan en forma demagógica. Los vendedores de chucherías callejeras son molestosos, pero constituyen punta de lanza  en el mercado electoral. Además, son un factor permanente de agitación,  y los alcaldes prefieren callar a esos vocingleros, que enfrentarlos. Pero las calles, los espacios públicos, son de todos y no pueden ser ocupados irregularmente por irresponsables.

Los vendedores de chucherías son una muestra del desempleado urbano, pero hay algo peor, y es la prepotencia de los comerciantes de clase media que colocan  los vehículos en las aceras, por no tener sus establecimientos parqueos asignados.

En las zonas residenciales se torna imposible caminar por las aceras, y los peatones se tienen que tirar a las calles, so pena de ser atropellados por vehículos que van a exceso de velocidad. Está situación ocurre porque los alcaldes no cumplen con su labor, y los regidores son simples visitantes que cobran lujosos salarios y dietas para únicamente poner su rúbrica en documentos municipales.

Hay que cambiar la mentalidad de  los hombres que dirigen los ayuntamientos. Hay que tener alcaldes responsables y regidores que cumplan con su tarea. Salvemos los ayuntamientos, que es la primera manifestación de un mini gobierno que trata los problemas populares.

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