Marzo sangriento

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Por Jesús M. Guerrero

Tristemente los dominicanos en el tercer mes del año 2017, hemos tenido que presenciar las desgarradoras escenas que la delincuencia y la falta operatividad de la institución del orden; no han podido enfrentar y hasta podríamos decir que se ha perdido la batalla contra el crimen.

Hace varios días sucedió el lamentable suceso que le arrebato la vida a la señora Delcy Yapor, producto de un ex raso que trato de dar de baja a dos delincuentes que habían atracado a una joven; actualmente se encuentran en custodia.

La señora Yapor mientras transportaba niños al colegio, fue impactada por la bala que segó su vida y sus deudos han dado un ejemplo de predicación de la Fe con el ejemplo; perdonando al matador y no vociferando odio.

La familia Acosta Yapor ha enviado un paradigma que debería ser abrazado por la sociedad. Lamentablemente, otra mujer llamada Jacqueline de la Cruz de 35 años fue ultimada por desaprensivos para arrebatarle su bolso; le quitaron su madre a un niño de 4 años y no tenemos una respuesta contundente por parte de la Policía Nacional.

Este martes pasado, todos recibimos las imágenes que luego fueron confirmadas por los medios de comunicación; respecto al asalto efectuado en una plaza comercial ubicada en Piantini. Al observar las fotografías y videos, era evidente que yacía tendido en el pavimento uno de los bandidos, gravemente herido ante la vista de todos los transeúntes.

Resulta y sin asombrar a nadie que dicho delincuente es miembro activo de la PN. Llamado Luis Henríquez Reyes Javier y ostenta el rango de raso; al parecer fue reubicado por conductas impropias, pero solo en papel porque en la práctica los agentes del orden han perdido el norte de sus acciones y obligaciones.

Salir a la calle es una lotería, no se sabe si los delincuentes nos dejaran volver con vida a nuestros hogares; el saldo de muertos que dejo la violencia en los 23 días de marzo era de 103 con 198 heridos, probablemente ya sea superior. Se han apoderado del país y no se vislumbra voluntad para enfrentar este flagelo que en cada oportunidad que tiene, enlútese a los dominicanos.

La policía continúa atacando torpemente los hechos, mas no existe voluntad política desde el Estado para embestir contra las causas como son desigualdad, exclusión social y otras que sirven como abono para producir delincuentes en las entrañas del pueblo.

De seguir así, no habrá paz ni sosiego para nadie. Un país que no garantice seguridad ciudadana, es un Estado fallido; aún hay tiempo para corregir esto antes que sea tarde.

Una reforma en todos los niveles es necesaria y en todos los aspectos desde la policía hasta el Poder Judicial. La PN no puede seguir siendo asilo para los desaprensivos sociales, la institución debe captar otro tipo de prospectos que asuman el compromiso con el país; y el cuerpo de leyes no puede ser misericordioso ante estas lacras que han sido indolentes con la ciudadanía.

¿Cuántos más queremos que perezcan ante la delincuencia como Delcy y Jacqueline?

Creo necesario concluir con la frase del laureado escritor Eduardo Galeano, cito: “El desempleo multiplica la delincuencia, y los salarios humillantes la estimulan. Nunca tuvo tanta actualidad el viejo proverbio que enseña: El vivo vive del bobo, y el bobo de su trabajo. En cambio, ya nadie dice, porque nadie lo creería, aquello de trabaja y prosperarás.”

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