Como dice Don Álvaro: “Tómense la pastilla” no se desesperen

Humberto Salazar
Humberto Salazar

Por Humberto Salazar 

En el día de ayer se produjeron dos reacciones de alguna gente dentro del Partido de la Liberación Dominicana, que parecen ser una muestra de que la desesperación esta comenzando a hacer mella en el espíritu de algunos que ven pasar el tiempo sin tener un horizonte claro de que les depara el futuro.

Desesperarse es una palabra compuesta que proviene del verbo transitivo desesperar, que etimológicamente se descompone en el prefijo ¨des¨ que es privativo o ausencia y ¨esperare¨ que tiene su origen en la palabra esperanza, es decir el que ¨desespera¨ es porque esta perdiendo la ¨esperanza¨ en obtener una ilusión o un deseo.

Frente a unas declaraciones de los diputados Fidel Santana, del Frente Amplio y Máximo Castro Silverio del Partido Reformista (versión Quique Antún), alabando la actuación de la Presidenta de la Cámara de Diputados Lucía Medina al frente de ese organismo legislativo, algunos voceros de una de las facciones que se dice existen en el PLD han reaccionados airados.

¿Y quién entiende a esta gente?, quien preside la cámara de diputados en estos momentos, uno de las instituciones del estado mas difícil de controlar, es una dirigente de años del PLD, la segunda mujer que llega a esa posición, propuesta por un partido que ha sido acusado repetidamente de machista, su labor esta siendo reconocida por diputados de partidos de oposición y sus propios compañeros se quejan.

La verdad es que el síndrome de la ¨aspiradera¨ y la mezquindad de algunos en reconocer los méritos de sus propios compañeros y compañeras, que por el afán de llegar a posiciones que parecieran ser de vida o muerte como meta personal, esta provocando que se pierda el norte de lo que debe ser un servidor público y que se olviden los objetivos de vida que se trazaron al asumir la política como actividad principal.

Si sacamos cuenta, Yomaira Medina debe ser una de las personas mas pacientes que tiene la política dominicana, se mantuvo por 10 años en la vicepresidencia de la cámara de diputados, acompañando a tres presidentes diferentes, sume usted y esto le dará 120 meses de labor silenciosa y sin manifestar aspiración alguna a sustituir a hombres que, como Julio César Valentín y Abel Martínez, se mantuvieron 4 años cada uno al frente de ese organismo.

Fue electa el pasado 16 de agosto, después de ser propuesta por el Comité Político de su partido y apoyada por la inmensa mayoría de los legisladores, a pesar de que le echaron en cara antes de que se produjera esta elección, su familiaridad con el Presidente de la República, olvidándose de que cuando este llegó a encabezar el ejecutivo en el año 2012, hacia mucho tiempo que ella estaba sentada como parte del bufete directivo de la cámara de diputados.

Y si seguimos la cuenta, solo tiene poco mas de 8 meses como presidenta, es decir, después de esperar 120 meses como vicepresidenta, de forma disciplinada, sin causarle ruido ni a los presidentes que acompañó, ni a su partido, si es elogiada por diputados que reconocen su labor de forma pública ¿hay compañeros de su propio partido, radicales y cegados por la ambición, que son incapaces de asimilar y tomar para si esos reconocimientos?

Eso ni siquiera se merece un comentario mínimo, porque huelgan las palabras.

La otra sorpresa que nos llegó en el día de ayer desde el PLD, fueron unas declaraciones del miembro del Comité Político y dirigente histórico de ese partido Franklin Almeyda, quien trae por los cabellos el tema de la reelección y lo ubica como centro de debate en un partido donde a nadie se le había escuchado, por lo menos públicamente, hablar de eso.

Todavía están calientes los votos de las pasadas elecciones, hay que recordar no que no ha pasado un año del proceso electoral que ganó el PLD en el 2016, y ya se quiere comenzar a debatir un tema, que suponemos no es parte de la agenda de nadie racional, con un gobierno y un partido que tienen retos enormes que afrontar frente a una oposición desbocada y agresiva.

No creemos que le corresponde a una persona como Almeyda, ser el primero que rompa con el acuerdo reglamentario de disciplina y unidad que se dio en la pasada reunión del Comité Central del PLD, donde incluso se pidió no tratar asuntos de este tipo de forma pública ya que podría hacer daño a la organización.

Los procesos políticos siempre será fruto de las circunstancias, son principalmente coyunturales, es la realidad concreta la que los dicta, y en este momento ponerse a discutir o siquiera mencionar un proyecto o idea de reelección del actual presidente, sobretodo cuando hay tantos temas álgidos que resolver en el caldeado ambiente político nacional, es un flaco servicio tanto al gobierno como al partido que encabeza la coalición de gobierno.

No sabemos si es la desesperanza, la perdida de ilusión, el pesimismo que embarga a algunos, la inseguridad o la intranquilidad, pero lo cierto es que parece que algunos dirigentes y aspirantes del PLD a cargos ocupados por otros, o aquellos que quieren verse de nuevo arrasando por las calles de la ciudad rodeados de militares de escolta y motocicletas que les hagan pasar los semáforos en rojo, deberían hacerle caso a la frase famosa de mi profesor y amigo entrañable Alvaro Arvelo: ¨tómense la pastilla¨.

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