La vergüenza de los refugios en la República Dominicana

Humberto Salazar
Humberto Salazar

Por Humberto Salazar

Una de las sorpresas agradables que dejo el huracán Irma en la República Dominicana, fue la imagen del salón más grande del Hotel Hard Rock en Punta Cana, preparado para recibir cientos de refugiados en camas organizadas, con sábanas limpias y almohadas impecables.

Es decir, cuando vimos la fotografía que publicada por los medios de comunicación de este refugio, nos sentimos mas que satisfechos al comprobar que existen empresarios, en este caso los dueños son tribus indias nativas de los Estados Unidos, que son solidarios en momentos difíciles con la comunidad donde realizan sus negocios.

Siempre hemos pensado que los que vivimos en estos países del tercer mundo debemos aprender sobre el respeto al ser humano que se observa en los países avanzados, donde la protección de la vida es un derecho sagrado y que todo el mundo tiene la obligación de respetar la dignidad de los ciudadanos.

El problema con los huracanes que nos visitan cada año, es que desnuda realidades que no pueden ser ocultas por notas de prensa de los funcionarios con departamentos de respuesta rápida a su cargo y mucho menos con allantes en declaraciones por medios radiales o de televisión.

En este mundo interconectado, es muy difícil ocultar deficiencias en un país que como la República Dominicana, todos tenemos posibilidades de observar la forma en que se conducen en otros países, en este caso en la vecina isla de Puerto Rico frente a una situación que es común a dos países que por su vecindad muchas veces son afectados por los mismos problemas.

El día miércoles, nos mantuvimos toda la tarde y parte de la noche conectados al canal Telemundo de Puerto Rico, donde se daba seguimiento al curso del huracán Irma, que amenazaba con impactar directamente a la isla en los primeros modelos de pronostico y terminó pasando a 50 millas al norte de San Juan, la capital de la isla.

Cuando transmitían en directo desde los refugios preparados para recibir a los vecinos puertorriqueños que viven al igual que muchos dominicanos en zonas vulnerables, se observaba la organización, la forma en que los recibían con listas y ubicaban a familias enteras en lugares decentes, con camas preparadas, provisión de alimentos, en fin como seres humanos.

En la mañana de ayer, cuando pasamos a mirar las imágenes de los canales nacionales donde se nos presentaban las condiciones de los refugiados en nuestro país, sentimos una profunda vergüenza e indignación por la forma tan inhumana en que son tratados aquellos pobres dominicanos que viven en lugares vulnerables.

Desde la madrugada comenzamos a ver una cantidad de personas durmiendo en el suelo, sobre cartones o sabanas puestas en el concreto, algo que hiere en lo mas profundo a las personas que, como es nuestro caso, magnificamos la vida y dignidad de los seres humanos no importa su condición social, mientras mas pobres mas hay que respetarlos y protegerlos.

No vimos una sola cama para recibir un solo refugiado en un solo recinto dominicano, y no creo que nadie pueda presentar una imagen, que no sea la del Hard Rock en Punta Cana, donde se haya preparado un refugio que sea digno de ser llamado de ese modo y donde los dominicanos pobres, que son los que se llevan a estos lugares, tengan garantía de ser tratados dignamente.

Las quejas llovían porque no se había presentado nadie para recibir a estas personas, cero organización, sin condiciones para pernoctar y a medida que los iban entrevistando en la mañana, nos apenaba como hablaban de que no tenían nada de alimentos que darle a los niños que habían tenido que salir de sus casas por el peligro que afrontaban por los vientos y las lluvias de Irma.

No puede haber excusas para esta imprevisión, durante cuatro días los funcionarios de las áreas de respuesta del gobierno fueron convocados por el mismo Presidente de la República al Palacio Nacional, donde nos imaginamos escucharon por parte de los expertos en meteorología cuales eran las zonas donde el impacto sería mas fuerte, que evidentemente era la costa norte.

Entonces que pueden decir los responsables de hacer habitables estos refugios de las provincias Samaná, Maria Trinidad Sanchez, Puerto Plata y Monte Cristy, junto con sus jefes ubicados en la capital, para permitir que los refugiados sean tratados como cosas y no como seres humanos.

Ofende la comparación de como tratamos a nuestros ciudadanos y la forma en que se los trata en la vecina isla de Puerto Rico, la cual, como nota al margen, esta afectada por una profunda crisis económica y un retroceso en sus niveles de empleo y calidad de vida.

Después nos quejamos de que a la gente que vive en los lugares vulnerables casi hay que obligarlos a que dejen sus viviendas y se vayan a guarecer a los lugares destinados para hacer de refugios, pero es que por el trato que vimos se les da, cualquiera mejor se queda en su casa, aunque sea volada por los vientos, que permitir ser tratados como algo menos que un ser humano.

Menos mal que no impacto Irma, el desastre en la respuesta por parte de quienes tienen la responsabilidad de proteger a la población se notó pero poco, mejor nos preparamos para fenómenos atmosféricos cada vez mas violentos y con mayores peligros, no siempre vamos a correr con tanta suerte como con Irma en el día de ayer.

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