Desempleo volvió a bajar en Brasil en trimestre cerrado en agosto

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AFP

La tasa de desempleo en Brasil cayó a 12,6% en el trimestre terminado en agosto, dos décimas menos que la medición de mayo-julio, y en línea con las expectativas de los analistas para un mercado que crece impulsado por trabajos informales.

El indicador divulgado este viernes por el instituto de estadísticas IBGE reveló que el país tiene 13,1 millones de personas desocupadas, un reflejo de las cicatrices que dejó la recesión económica de 2015 y 2016, que fue la peor de la historia.

“Es común que después de una crisis económica el primer paso de la recuperación sea por medio de la informalidad”, dijo Cimar Azeredo, coordinador de Trabajo y Rendimiento en el IBGE.

No obstante la mejora, la desocupación está por encima del 11,8% que registraba entre junio y agosto de 2016. El indicador tocó su máximo de 13,7% en el primer trimestre de este año para luego iniciar un descenso que ya lleva cinco reflujos mensuales consecutivos.

A diferencia del mes pasado, cuando la medición sorprendió a los analistas con una baja mayor a la esperada, el de agosto estuvo en sintonía con el 12,7% previsto por las 24 instituciones financieras consultadas por el diario económico Valor.

Si bien la cantidad de personas con trabajo en el trimestre junio-agosto creció a 91,1 millones, desde 90,1 millones de igual periodo del año pasado, los empleos formales del sector privado cayeron 2,2%, a 33,4 millones.

La recuperación de la economía, aún en una fase incipiente, es la principal bandera del gobierno conservador del presidente Michel Temer, que impulsa un plan de ajuste y políticas menos intervencionistas que las que rigieron en Brasil durante las cuatro gestiones del izquierdista Partido de los Trabajadores, cortadas abruptamente en 2016 con la destitución de Dilma Rousseff por adulterar las cuentas públicas.

Desde que llegó al poder, la inflación se redujo y se inició un ciclo de recortes de tasas, pese a los cimbronazos causados por las investigaciones de corrupción en el Estado, que alcanzan al propio Temer.

El mandatario fue acusado por la Fiscalía General de comandar una organización delictiva para desviar fondos públicos, un caso que está siendo tratado por la Cámara de Diputados, y es el presidente con menor aprobación desde la redemocratización de 1985: apenas un 3% de los brasileños lo apoya, según un sondeo de Ibope publicado el jueves.

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