El Mundo
La nueva consola de Microsoft, que es la más potente del mundo en estos momentos, se lanza el día 7 de noviembre en España.
El próximo martes 7 de noviembre se lanzará Xbox One X, la nueva consola de Microsoft. Se trata de una Xbox One, por lo que los juegos de los dos anteriores modelos funcionarán perfectamente, pero hay una vuelta de tuerca: es una consola muchísimo más potente y podrá reproducirlos en 4K, con HDR para el color y, si el juego lo permite, a 60 cuadros por segundo.
Si el lenguaje del mundo gamer y del mundo de la tecnología se te escapa, esto significa que los videojuegos se verán mucho mejor si tienes una televisión con capacidad para ello.
Es algo parecido a lo que ya se hizo con la PlayStation 4 Pro, pero yendo un paso más allá. Sí, la consola de Sony es algo más potente que su modelo básico y puede reproducir contenido y juegos en 4K (a veces nativamente, a veces tirando de un truco de software), pero aún está lejos de lo que lleva dentro la Xbox One X.
Pero en lugar de perdernos en detalles técnicos, que es lo que haremos en nuestra review de dentro de unos días, vamos a destacar cinco cosas del dispositivo para que os vayáis haciendo a la idea de cómo se plasma todo esto que decimos.
Tiene un diseño fantástico
El diseño de Xbox One ha avanzado mucho desde su lanzamiento original. De parecer un VHS de los años Ochenta a ser una consola bien bonita en el modelo S y, ahora con el X, ha decidido pasar por un pequeño ordenador de mesa que se suena, en realidad, al lado de la tele.
La Xbox One X es pequeña, más que la Xbox One S, pero pesa bastante. Este segundo dato no creo que importe demasiado, pero es una evidencia de los muchos mecanismos de refrigeración y componentes sofisticados que esconde dentro. Todo el calor sale por laterales y parte trasera, y aunque la consola se calienta, nunca da la sensación pese a ello de que vaya a saltar por los aires. Mejor darle un poco de espacio por si acaso.
Yo la tengo colocada en vertical, pese a no tener el soporte para ello, y aguanta bien, aunque lo suyo sería hacer esto con el soporte oficial. Si la usas en horizontal, casi mejor (lo hago al contrario por espacio), pues el diseño está más pensado para esto: el botón de encendido mostrará el logo adecuadamente y los puertos USB delanteros son un poco más accesibles y seguros de usar.
Que no haya casi ningún rastro de color ni de nada en la consola hace que encaje bastante bien en un salón normal y corriente. No es un producto de gaming, no tiene colores chillones como la Switch y es diferente en aspecto a la PS4, lo que sin duda está bien para los que tenemos ambas.
Incluso si personalmente echo de menos las microperforaciones de Xbox One S en su lateral, no puedo negar que es una consola bonita de narices. Quizá la más bonita que ha hecho jamás Microsoft.
