Nuevo plan de infraestructura y el TLCAN, prioridades económicas de Trump en 2018

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Tras el triunfo logrado con la reforma fiscal a finales de 2017, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encara el nuevo año económico centrado en un multimillonario plan de inversión en infraestructura y el desenlace de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

EFE.- Tras el triunfo logrado con la reforma fiscal a finales de 2017, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encara el nuevo año económico centrado en un multimillonario plan de inversión en infraestructura y el desenlace de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Una vez finalizadas las vacaciones navideñas en Florida, Trump, que este sábado cumple un año en la Casa Blanca, convocó a los líderes republicanos en el Congreso en la residencia oficial de descanso de Camp David (Maryland) para discutir el multimillonario plan de inversiones y las posibles trabas legislativas.

“La visión de infraestructura es muy clara y está basada en torno a dos objetivos principales: utilizar los fondos federales tan eficientemente como sea posible para generar más de 1 billón de dólares en inversiones y acelerar el complejo y prolongado proceso de permiso”, dijo Lindsay Walters, portavoz adjunta de la Casa Blanca, el pasado 7 de enero.

Trump ha criticado de manera reiterada la situación de la infraestructura en EE.UU. al asegurar que gran parte está “en ruina” y parece “del tercer mundo”.

Por ello, gran parte del esfuerzo económico de su segundo año de mandato estará concentrado en torno a este ambicioso plan.

En esta ocasión, tanto la oposición demócrata como los republicanos parecen estar de acuerdo en la necesidad de invertir en la red de infraestructura, pero los desacuerdos se sitúan en los fondos y el modo de financiarlo.

El asesor económico principal de la Casa Blanca, Gary Cohn, señaló que la propuesta buscará alianzas entre el sector público y privado a través de incentivos para lograr respaldar el plan estimado en un billón de dólares en la próxima década.

Esta modalidad permite que sean las empresas privadas quienes asuman gran parte del coste, sin elevar la deuda gubernamental, a cambio de la participación en la gestión operativa de estos proyectos.

El programa, en teoría, tiene carácter integral e incluirá la red de transporte (carreteras, ferrocarriles, aeropuertos), así como la extensión del acceso a la banda ancha para comunidades rurales y hospitales para veteranos de guerra.

La Casa Blanca había apuntado a enero de este año como la fecha en la que se entregaría un plan detallado al Congreso estadounidense sobre las prioridades y necesidades, pero parece que la cuestión se retrasará hasta al menos después del discurso sobre el Estado de la Unión que Trump ofrecerá el 30 de enero.

El otro gran foco de interés económico de 2018 girará en torno a las complejas conversaciones para renegociar el TLCAN, en vigor desde 1994 entre Canadá, México y Estados Unidos.

El presidente, que calificó el pacto como “un desastre” para los trabajadores estadounidenses, ha amenazado en varias ocasiones con salir unilateralmente del pacto comercial, sembrando las dudas entre los equipos negociadores.

A finales de mes, precisamente, EE.UU., México y Canadá celebrarán la sexta ronda de conversaciones en Montreal en lo que será un momento clave, ya que comenzarán a tratar los elementos más espinosos, como el aumento de la cuota de componentes estadounidenses en áreas vitales del pacto, como el sector automotriz.

Trump reconoció recientemente que las conversaciones “son más difíciles” de lo esperado, tras recibir crecientes quejas por parte de granjeros y agricultores estadounidenses que afirman que el fin del TLCAN tendría nocivas consecuencias económicas.

“Para Trump ha sido una llamada de atención, y parece que su posición se ha suavizado recientemente. Pero sigue siendo impredecible, veremos qué ocurre en Montreal”, explicó a Efe Mónica DeBolle, investigadora del centro de estudios Peterson Institute for International Economics.

Asimismo, los analistas consideran que se está acabando el tiempo para conseguir un acuerdo debido al apretado calendario político, con elecciones presidenciales en julio en México y el inicio de la campaña de las elecciones legislativas de medio mandato en noviembre en Estados Unidos.

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