Químicos en el ambiente favorecen el aumento de peso en las mujeres

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Los químicos sustancias perfluoroalquil (PFAS) se han relacionado con el cáncer, la alteración hormonal, la disfunción inmune, el colesterol alto y la obesidad.

EUROPA PRESS.- Una clase de productos químicos utilizados en muchos productos industriales y de consumo se relacionan con un mayor aumento de peso después de la dieta, particularmente entre las mujeres, según un estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.

Los químicos sustancias perfluoroalquil (PFAS) se han relacionado con el cáncer, la alteración hormonal, la disfunción inmune, el colesterol alto y la obesidad.

El estudio también detectó que niveles más altos de PFAS en sangre, conocidos como “obesógenos” porque pueden alterar la regulación del peso corporal, se relacionaron con una menor tasa metabólica en reposo (RMR) o un metabolismo más lento después de la pérdida de peso. El metabolismo se refiere a los procesos químicos en el cuerpo que convierten la energía de los alimentos, comúnmente conocida como “quemar calorías”.

Las personas que tienen una tasa metabólica en reposo más baja o un metabolismo más lento queman menos calorías durante las actividades diarias normales y pueden tener que comer menos para evitar el sobrepeso. Las conclusiones del estudio se detallan en un artículo que se publica este martes en la edición digital de Plos Medicine.

“Los obesógenos se han relacionado con el exceso de peso y la obesidad en modelos animales, pero los datos humanos han sido escasos. Ahora, por primera vez, nuestros hallazgos han revelado una nueva vía a través de la cual PFAS podría interferir con la regulación del peso corporal humano y contribuir así a la epidemia de la obesidad”, afirma el autor principal Qi Sun, profesor asistente en el Departamento de Nutrición de la Escuela Chan de Harvard.

Usados en envoltorios de alimentos o la ropa

Durante más de 60 años se han empleado los PFAS en productos que van desde envoltorios de alimentos hasta ropa y ollas y sartenes, y los estudios han demostrado que han contaminado el agua potable cerca de sitios industriales, bases militares y plantas de tratamiento de aguas residuales. Estos productos químicos pueden acumularse en el agua potable y las cadenas alimenticias y persistir durante mucho tiempo en el cuerpo.

Los investigadores, con colegas de la Universidad Estatal de Louisiana y la Universidad de Tulane, en Estados Unidos, analizaron datos de 621 participantes con sobrepeso y obesos en el ensayo clínico ‘Prevención de la obesidad utilizando estrategias dietéticas novedosas’ (POUNDS LOST), que se realizó a mediados de la década de 2000. El ensayo evaluó los efectos de cuatro dietas saludables para el corazón sobre la pérdida de peso durante un periodo de dos años. Los investigadores analizaron la posible conexión entre la cantidad de PFAS en la sangre de los participantes al ingresar en el estudio y su pérdida o ganancia de peso a lo largo del tiempo. Durante los primeros seis meses de la prueba, los participantes perdieron un promedio de 6,4 kilogramos (kg), pero recuperaron 2,7 kg en el transcurso de los siguientes 18 meses.

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Jessica Hernandez

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