La regulación es el nuevo ‘tornado’ que amenaza a la tecnología

tecnologia lapiz
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No es el único, subidas agresivas de los tipos tampoco van a favor de un sector que, en septiembre, puede enfrentarse a la presión vendedora de ETFs.

Agencias, Tecnología.- No es el único, subidas agresivas de los tipos tampoco van a favor de un sector que, en septiembre, puede enfrentarse a la presión vendedora de ETFs.

Poco (o nada) ha sido capaz de frenar la tendencia de la tecnología en bolsa en los últimos años: es el sector más alcista desde que Estados Unidos arrancase el QE, en no- viembre de 2008, con retornos anualizados del 45 por ciento si se mira al Nasdaq 100 (el doble que los otros dos índices más representativos de la primera economía del mundo).

Es más, el indicador tecnológico por excelencia se encuentra ya a un 3 por ciento de borrar el golpe que supuso el escándalo protagonizado por Facebook y su privacidad el pasado 18 de marzo.

Ha sido uno de los más sonados, pero no el único: gigantes como Amazon o Google reciben constantes críticas por el alcance de sus tentáculos, mientras las polémicas en torno a otras tecnológicas, como YouTube (de Alphabet), también se suceden en Estados Unidos por recopilar presuntamente datos de menores de 13 años con fines comerciales.

En un momento en el que el usuario ha vuelto a recordar que ninguno de los servicios que ofrecen estas compañías es gratis, una de las principales amenazas a las que se enfrentan es al aumento de regulación (ya sea antimonopolio, impositiva o de privacidad). Sobre esta última, Europa lleva la iniciativa: la primera prueba de fuego arranca el 25 de mayo.

Como recuerda en un informe Bank of America Merrill Lynch (BofA), la tecnología es uno de los sectores menos regulados. Así, mientras el manufacturero cuenta con 215.000 normas en Estados Unidos y el financiero con otras 128.000, en la tecnología solo existen 27.000.

Es cuestión de tiempo que esto cambie y la historia demuestra que, a menudo, cuando un sector se regula su cotización sufre en bolsa. «Siempre que eso ocurre», dice Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión, «es malo para su valoración». BofA lo ilustra con dos ejemplos: el de las tabaqueras, reguladas en 1992 y el del sector de la biotecnología, en 2015. Según los cálculos de este banco de inversión, la regulación pendiente de aprobar en Estados Unidos y en Europa amenazan el 4 por ciento de los ingresos del sector.

En un horizonte más cercano, lo primero a regular será la privacidad. El riesgo por esta vía, señala Ramón Esteruelas, especialista en fondos temáticos de BNP Paribas AM, durante una entrevista con elEconomista «es más inminente en Europa que en Estados Unidos», debido a que, para que se tomen decisiones al respecto en la primera economía del mundo, aún se necesita tiempo, entre 12 y 18 meses, dice: «Lo que sí puede afectar a la valoración de estas compañías en el corto plazo es la normativa que procede de Europa».

Se refiere al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés), que entra en vigor el próximo 25 de mayo y que es el responsable, seguramente, de que haya recibido algún email que otro de las compañías alertando de que van a actualizar sus términos de sus políticas de privacidad.

Su objetivo es dotar de protección a los ciudadanos de la Unión Europea y regular, entre otras cosas, los datos que las empresas recopilan de los usuarios con independencia de dónde están domiciliadas. Lo que afecta directamente a gigantes como Facebook, que ya ha anunciado que aplicará las nuevas normas de la UE en todos los países; Google, Apple o Twitter, entre otras.

En Goldman Sachs dan una estimación concreta. Aunque creen que este sector experimentará uno de los mayores crecimientos anuales en ventas y en beneficios los próximos años, matiza que existen dos fuerzas importantes que están cambiando la forma en la que los inversores perciben el sector.

Una es la ya nombrada regulación y que, en opinión de Heather Bellini, analista de la firma para la industria de tecnología y software, estima que, en el caso de la compañía de Zuckerberg, «podría registrar una caída de sus ingresos de hasta un 7 por ciento, aunque el impacto podría ser menor si obtiene el consentimiento del usuario para procesar datos personales», en cambio, «las ventas de anuncios de Google podrían ceder hasta un 2 por ciento».

 

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Jessica Hernandez

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