Tecnología en la mesa: Llegan los envases inteligentes con alimentos más saludables

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Aunque parezca ciencia ficción, la alimentación del futuro ya es presente: aceite de ajo microencapsulado, conservas con aloe vera, huevos a baja temperatura, olivas esferificadas, batidos bio, croquetas de gin tonic, snacks de alcachofa, cerveza de pimiento de padrón, horchata en polvo, aperitivos de carne seca.

Agencias.- Aunque parezca ciencia ficción, la alimentación del futuro ya es presente: aceite de ajo microencapsulado, conservas con aloe vera, huevos a baja temperatura, olivas esferificadas, batidos bio, croquetas de gin tonic, snacks de alcachofa, cerveza de pimiento de padrón, horchata en polvo, aperitivos de carne seca.

A todo esto se suman, además, conceptos como funcionalidad, genética, técnicas ómicas, «big data», microencapsulación, ingredientes bioactivos, impresión en 3D, envases inteligentes.

Y todo ello para alcanzar el reto de la nutrición personalizada, es decir, una dieta diseñada para cada individuo en función de sus genés, características y necesidades con el único objetivo de mejorar la salud del consumidor, pero sin dejar de lado la sostenibilidad.

Aunque suene lejano, ya está al alcance de la mano, tal y como se ha comprobado esta semana en el Salón Internacional de Alimentación, Bebidas y Gastronomía, Alimentaria, celebrado en Barcelona.

En una sociedad marcada por las prisas y el estrés, el reto de la industria alimentaria pasa por ofrecer productos envasados, preparados para tomar de forma cómoda, pero con el sello de saludables.

La cesta de la compra de los españoles así lo demuestra, ya que los productos envasados, es decir, esos que ya vienen «listos para consumir», crecieron un 9,5% en 2017, lo que significa que aumentaron seis puntos por encima de los alimentos clásicos, tal y como confirma el informe «La cesta convenience de la compra», elaborado por Nielsen. «Uno de cada cuatro hogares en España tiende a la comodidad y cada vez invierten más dinero en productos que hacen la vida más fácil, pues el gasto por casa en estos productos fue de media 185 euros el año pasado», detalla Ana Fernández, experta en Distribución de Nielsen, quien confirma que «el componente saludable ya se ha convertido en la prioridad principal del consumidor a la hora de elegir un producto en el supermercado. Buscamos calidad y damos mayor importancia a la sostenibilidad y al uso de ingredientes ecológicos, de hecho, el usuario está dispuesto a pagar más por eso».

En este sentido, el consumidor no sólo exige productos naturales, sin aditivos ni conservantes, sino que quiere saber cómo, dónde, cuándo y quién ha producido los productos que encuentra en el lineal. Además, exige un compromiso ético y sostenible, de ahí la necesidad por parte de los fabricantes de identificar claramente los ingredientes, el sistema de producción, las cadenas de suministro y la apuesta por un packaging responsable con el medio ambiente.

Para lograr este objetivo, la tecnología juega a favor de los fabricantes. Prueba de ello es que la vuelta de tuerca de Alimentaria 2018 ha sido demostrar que es posible crear productos envasados cada vez más sanos para el cliente, con ingredientes ecológicos, con menos azúcar, sal y grasas.

 

Sobre el Autor

Jessica Hernandez

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