DE CARTAS PÚBLICAS, OFENSAS Y PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA

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Por: Valentin Medrano Peña.

Una frase que aprendí muy joven, en momentos en que éramos adoctrinados para asumir un rol a destiempo, de protestar por lo que siquiera conocíamos, fue una atribuida al Coronel Francisco Caamaño Deñó: ‘Vivimos en una inversión de Valores’.

Al principio no la asimilaba pues mi acepción de “inversión” sólo alcanzaba a entenderla como poner dinero en una empresa para obtener beneficios. Cuando finalmente asimilé que la expresión manifestaba un trocamiento, una reversa de lo que están llamado a ser los valores protagónicos, sustituidos por otros desvalores nocivos, entonces atendí y entendí a Caamaño.

Hoy día la confusión adrede que crean en los medios personas que sin ser periodistas hacen las veces, la bruma informativa falsa, parcial, focalizada de forma interesada, aumentada o disminuida a intereses, hace más difícil reconocer la verdad y de hecho aún teniéndola delante de nuestros propios ojos, muchas veces miramos sólo aspectos insustanciales de ella o enfocamos la que no resulta ser el meollo del asunto.

Es esta sin lugar a dudas la era de la confusión, potenciada por las redes sociales y sus mensajes sin control y filtros.

En los grandes medios citadinos y hasta en los pueblerinos se analizan las acciones, reacciones y contra reacciones en torno a una epístola de la ilustre jueza Doña Miriam Germán Brito sin que se depare en la pertinencia de las acciones contrapuestas, las procuras (elemento deductivo y un tanto especulativo) y la veracidad de la misma, entre otros puntos.

A unas declaraciones dadas a la prensa por la Directora del Pepca (Ministerio Público) Dra. Laura Guerrero Pelletier en torno a que a su entender, algunos imputados procuraban la designación para la audiencia preliminar, que tiene como contrincantes al Ministerio Público y a esos imputados, de un juez que les sea favorable, nada pecaminoso procurar un juez venial o al menos imparcial, pero por igual nada cuestionable el que a sabiendas de ello, el Ministerio Público trate de desnudar sus procuras como vía de obtener gananciales en la guerra de estrategias procesales. Porque justamente las partes en el proceso son el Ministerio Público y los justificables, en tanto que los jueces están llamados a ser terceros imparciales.

Esto provocó la sensibilidad de la Magistrada Miriam Germán quien envió una misiva al juez presidente de la Suprema Corte Dr. Mariano Germán, instándole a salir al paso a ese tipo de declaraciones y defender al resto del cuerpo supremo, del cual exceptuaba de soslayo al juez Francisco Ortega Polanco, y obvio está que al remitido.

De todos es conocida la respuesta del Mag. Mariano Germán Mejía quien calificó de insolentes tanto la encíclica de doña Mirian German como las afirmaciones de Laura Guerrero.

El pleito entre los Germán trajo como consecuencia otra respuesta de doña Miriam Germán quien acusó al Procurador General de la República, Jean Rodríguez, que hasta el momento no había dicho siquiera “ah” y para darle parte le atribuyó ataques velados en boca o manos de terceros.

Ese es el contexto general de lo hasta ahora acontecido, y las respuestas las esperadas, basta sentarse a ver los programas de panel, a los opinadores, por sus posiciones frente al proceso de Odebrecht y se sabrá hacia dónde se dirigirían sus apoyos en esta interesante reyerta intrajudicial.

Pero a nadie se le ocurrió establecer que doña Miriam Germán, una ilustre jueza del país, dada a reaccionar y justamente por medio de epístolas “públicas” sintiéndose atacada en su dignidad, en la ocasión se atribuyó potestades que no les son dables o que no se tienen constancias de que le fueran conferidas, como por ejemplo el hablar por los otros 13 jueces restantes de la Suprema Corte de Justicia, excluidos el Presidente y el Mag. Ortega Polanco, y como dicen en el campo “el que tiene boca no manda a soplar”, pues al hacer pública la carta, se deduce un aprovechamiento del momento para atacar no a Laura Guerrero sino al Presidente Supremo, pues a la primera se le responde por Sentencias, discurso público de todo Juez, y al segundo se le emiten oficios internos sin trascendencia al público.

La independencia como principio y valor judicial funciona horizontalmente, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda y verticalmente, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, de ahí que no es aceptable injerencias de ningún tipo, y quiérase o no, el pedido de doña Miriam en su carta representa un maniqueísmo y narigoneamiento hacia el Dr. Mariano Germán Mejía.

Empero debemos hacer memoria de que algo mucho peor que lo atribuido a Laura Guerrero, salió de boca del Dr. Francisco Dominguez Brito, a la sazón Procurador General de la República, en ocasión del Auto de No Ha Lugar que favoreció al Senador Félix Bautista y como fundamento de su decisión de no recurrir el referido Auto dijo “Que no recurría el auto de no ha lugar porque no confiaba en esa Justicia” entre otros calificativos.

En ese contexto histórico la misma Magistrada que hoy preside la Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia presidía dicha sala, y la callada fue la respuesta ante un verdadero y directo insulto al cuerpo de juzgación supremo.

De ahí que la postura de doña Mirian no pueda leerse con el objetivo de sentar dignidad como se ha pretendido, o como un acto reflejo con precedentes, pues no lo es.

En cuanto al Procurador y los supuestos mensajes nocivos por boca de terceros, creo tener razón cuando establezco que jamás en la historia se había procedido con tanta entereza en un proceso de corrupción como el accionar presente de la Procuraduría, pero por igual, que nunca se había sido tan mordaz en el ataque, irrespetuoso y hasta abusivo y soez por parte de los decires de los voceros de los imputados a través de los medios y de algunos de sus abogados respecto a la actuación del Ministerio Público en este caso, incluso de soslayo en el contenido del voto disidente de la misma Magistrada Germán y a los primeros no le salió al frente la Mag. Míriam Germán, ni fue razón para evitar que tratara de dibujar una inexistente ineptitud a cargo del Ministerio Público, con lo que se demuestra por igual una falta de igualdad al rasar a las partes en contienda procesal y la asunción de una actitud injusta porque se actúa justamente con acciones como las que se fustigan. Cómo si a unos les fuera dable y a otros proscrito.

La piel sensible de doña Mirian por la sola afinación de que “los imputados quieren jueces que les favorezcan” no es nada en relación a su público voto disidente acusatorio y sin embargo no recibió una andanada pública de ataques, pues la decencia ha sido la égida del accionar del Procurador y hasta de eso han querido abusar.

Las acciones describen una inversión clara de las actuaciones debidas y esperadas, y una interpretación interesada que no tiene fundamento ni razones de ser.

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