El FMI rebaja el crecimiento de la zona euro hasta el 2,2 % en 2018

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho público hoy su informe de Perspectivas Económicas Mundial en el que, entre otras cosas, rebaja el crecimiento previsto este año para la zona euro hasta el 2,2 %, dos décimas menos que lo calculado en abril, principalmente por las peores perspectivas de Alemania, Francia e Italia.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho público hoy su informe de Perspectivas Económicas Mundial en el que, entre otras cosas, rebaja el crecimiento previsto este año para la zona euro hasta el 2,2 %, dos décimas menos que lo calculado en abril, principalmente por las peores perspectivas de Alemania, Francia e Italia.

En la zona del euro, el crecimiento disminuiría poco a poco, de 2,4% en 2017 a 2,2% en 2018 y a 1,9% en 2019 (es decir, una revisión a la baja de 0,2 puntos porcentuales en 2018 y 0,1 puntos porcentuales en 2019 respecto de la edición de abril del informe WEO).

El pronóstico de crecimiento en 2018 ha sido revisado a la baja en el caso de Alemania y Francia, después de que la actividad se debilitara más de lo esperado en el primer trimestre, así como en Italia, dado que se pronostica que el ensanchamiento de los diferenciales soberanos y el empeoramiento de las condiciones financieras tras la incertidumbre política reciente frenarán la demanda interna. En lo que se refiere a España,mantiene en el 2,8 % sus estimaciones y las rebaja al 2,2% en 2019, lo que sitúa a nuestro país como la economía de las grandes potencias de la zona euro que más crece.
El FMI rebaja el crecimiento de la zona euro hasta el 2,2 % en 2018 pero mantiene el de España en el 2,8%

El FMI, que situó las perspectivas de crecimiento económico mundial en un 3,9 %, tanto para este año como para el próximo, también moderó una décima el crecimiento para la zona euro para 2019 hasta el 1,9 %, mientras que mantuvo las mismas perspectivas económicas para España, del 2,8 % en 2018 y del 2,2 % en 2019.

Con esto, España se mantiene a la cabeza del crecimiento entre las grandes economías de la zona euro, seguida por Alemania, la primera economía regional, con un 2,2 para 2018 y un 2,1 % en 2019.

En lo que se refiere a Estados Unidos, el impacto a corto plazo de la economía se afianzaría provisionalmente, tal como se pronosticó en la edición de abril del informe WEO, y el crecimiento alcanzaría 2,9% en 2018 y 2,7% en 2019. El sustancial estímulo fiscal, sumado a una demanda final privada de por sí vigorosa, empujará el producto por encima del potencial y la tasa de desempleo por debajo de niveles desconocidos en los últimos 50 años, agudizando las presiones inflacionarias. Las importaciones probablemente repunten gracias a la vigorización de la demanda interna, ahondando el déficit en cuenta corriente de Estados Unidos y ensanchando los desequilibrios excesivos mundiales.

El pronóstico de crecimiento de Japón también ha sido revisado a la baja, a 1,0% en 2018 (es decir, 0,2 puntos porcentuales por debajo de la proyección del informe WEO del mes de abril) tras una contracción en el primer trimestre atribuible a la debilidad de la inversión y el consumo privado. Se prevé que la economía se afiance en lo que queda del año y entrado 2019, gracias a la reactivación del consumo privado, la demanda externa y la inversión.

En cuanto a Rusia, el crecimiento se estabilizaría en torno a 2,3% en 2018–19, con una revisión al alza de 0,1 puntos porcentuales en cada año comparado con la edición de abril del informe WEO. Las perspectivas de la economía de Rusia son parecidas a la proyección de abril; los efectos positivos del alza de los precios del petróleo quedarían neutralizados por el impacto de las sanciones. En Kazajstán, entre tanto, las perspectivas han mejorado gracias al aumento de los precios del petróleo

En las economías emergentes y en desarrollo de Europa, el crecimiento se moderaría de 5,9% en 2017 a 4,3% en 2018 y luego a 3,6% en 2019(0,1 puntos porcentuales por debajo de lo pronosticado en el informe WEO de abril para 2019). Las condiciones financieras son menos favorables en algunas economías con fuertes déficits externos; especialmente en el caso de Turquía, cuyo crecimiento disminuiría de 7,4% en 2017 a 4,2% este año.

Otra de las regiones objetos de análisis es América Latina, cuyo crecimiento experimentará un ligero aumento, de 1,3% en 2017 a 1,6% en 2018 y 2,6% en 2019 (0,4 y 0,2 puntos porcentuales menos de lo proyectado en el informe WEO de abril). Aunque el alza de los precios de las materias primas continúa brindando respaldo a los exportadores de la región, el empañamiento de las perspectivas respecto de la edición de abril refleja lacomplicación del panorama para grandes economías, debido a la constricción de las condiciones financieras y el ajuste necesario de las políticas (Argentina); los persistentes efectos de las huelgas y la incertidumbre política (Brasil); y las tensiones comerciales y la prolongada incertidumbre que rodea la renegociación del TLCAN y el programa de políticas del nuevo gobierno (México). Las perspectivas de Venezuela, que está sufriendo un colapso drástico en la actividad y una crisis humanitaria, se revisaron nuevamente a la baja a pesar del repunte de los precios del petróleo, ya que la producción disminuyó con fuerza.

Los exportadores de petróleo de la región de Oriente Medio, Norte de África, Afganistán y Pakistán se han beneficiado de la mejora de las perspectivas de los precios, pero el panorama sigue siendo frágil para los países importadores. Varias economías tienen aún por delante grandes necesidades de consolidación fiscal y la amenaza de un recrudecimiento del conflicto geopolítico continúa lastrando el crecimiento de la región. Se prevé que el crecimiento se fortalezca de 2,2% en 2017 a 3,5% en 2018 y luego a 3,9% en 2019; es decir, 0,2 puntos porcentuales más que en la edición de abril del informe WEO para 2019.

Al analizar la situación de la zona euro en la presentación del informe de Perspectivas Económicas Mundiales, el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, destacó que “la incertidumbre política ha aumentado en Europa” en los últimos meses.

Obstfeld consideró que la Unión Europea (UE) “se enfrenta a desafíos políticos fundamentales en relación con la política de migración, la gobernanza fiscal, las normas relativas al estado de derecho y la arquitectura institucional de la zona euro”.

Además, apuntó que los términos del “brexit”, la salida del Reino Unido de la UE, permanecen “sin resolverse a pesar de los meses de negociación”.

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Jessica Hernandez

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