AFP
El gobierno de Honduras condenó este lunes la represión desatada por autoridades policiales en Nicaragua contra manifestantes civiles que exigen la renuncia del presidente Daniel Ortega, con saldo de unas 280 personas muertas.
“La represión indiscriminada de manifestaciones pacíficas de descontento social es condenable”, afirmó el gobierno de Juan Orlando Hernández en una declaración, en su primer pronunciamiento desde que en abril estallara la crisis en el país vecino.
“El gobierno hondureño llama muy especialmente al gobierno de Nicaragua y a la sociedad nicaragüense a retomar cuanto antes las conversaciones en la mesa de diálogo de paz”, recomendó.
Honduras vivió protestas similares después de las elecciones del 26 de noviembre pasado cuando Hernández se reeligió en un cuestionado proceso por la oposición.
Según organismos de derechos humanos, alrededor de 23 personas murieron durante bloqueos de vías publicas por la represión policial y militar contra manifestantes que reclamaban la victoria del candidato opositor, Salvador Nasralla.
Desde febrero, el gobierno ha hecho intentos por establecer un diálogo con la oposición, mediante la mediación de Naciones Unidas, pero los esfuerzos han sido infructuosos.
Los empresarios hondureños estimaron que la crisis en Nicaragua ha causado pérdidas por unos 70 millones de dólares en Honduras, por las disminución de comercio bilateral.
