La deshidratación puede afectar la capacidad de pensar claramente, de acuerdo con un nuevo estudio. Los autores observaron que los atletas que perdían un nivel de líquido similar al 2 por ciento de su peso tenían problemas cognitivos.
Aun un nivel de deshidratación moderada a baja (adelgazar 1 kg en una persona que pesa unos 50 kg o 2 kg en otra que pesa 100 kg) afectó la atención y la toma de decisiones, según publican los autores en Medicine & Science in Sports & Exercise.
En especial, la deshidratación influyó en las tareas que exigían atención, la coordinación motriz y la función ejecutiva, que permite, por ejemplo, usar un mapa, razonar gramaticalmente o hacer cálculos mentales.
“Sabemos que el desempeño físico sufre con un umbral del 2 por ciento de la masa corporal, sobre todo si ocurre durante el ejercicio en un ambiente cálido”, dijo la coautora Mindy Millard-Stafford, profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas y directora del Laboratorio de Fisiología del Instituto de Tecnología de Georgia.
“Así que la pregunta era qué ocurre en el cerebro con esa pérdida, que es común en las personas activas o que trabajan en el calor. Las células cerebrales necesitan agua como las células musculares”, agregó.
Mientras que los efectos no eran grandes al 2 por ciento, aumentaron junto con la deshidratación, según dijo Millard-Stafford.
El estudio no es el primero sobre el impacto de la deshidratación en la función cognitiva. Pero estudios previos habían obtenido resultados contradictorios. Millard-Stafford dirigió un metaanálisis que combina los datos de estudios más pequeños.
El equipo identificó 33 estudios sobre 413 adultos. Los participantes habían perdido líquido similar al 1-6 por ciento de la masa corporal con el ejercicio, el ejercicio en un ambiente con calor, el calor o la restricción de líquidos.
