¿Se pueden tener buenos modales en WhatsApp?

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WhatsApp es la herramienta predilecta de los argentinos para comunicarse con colegas, familiares y amigos ya sea en forma individual o grupal.

WhatsApp es la herramienta predilecta de los argentinos para comunicarse con colegas, familiares y amigos ya sea en forma individual o grupal.

De hecho, lo tienen instalado 95 de cada 100 usuarios argentinos de teléfonos inteligentes, según estimaciones de la consultora Carrier y Asociados.

Pero claro, la velocidad y espontaneidad de las interacciones, sumadas al creciente volumen de mensajes que intercambiamos a diario, aumentan las posibilidades de que se produzcan malos entendidos o conductas inadecuadas que pueden dar pie a que surjan fricciones o problemas mayores como discusiones o despidos laborales.

Para que los usuarios puedan hacer un uso correcto y efectivo de Whatsapp , les dejamos aquí unas sugerencias sobre buenos modales frente a la pantalla.

¿Enviar mensajes en cualquier momento?

Hay personas que trasnochan y otras que madrugan. También están los colegas que trabajan los fines de semana.

“Cuando se trata de cuestiones laborales, no hay dudas: es una mala costumbre utilizar el WhatsApp fuera del horario de oficina”, señala Ignacio Perrone, licenciado en Sociología y gerente de investigaciones en la consultora Frost & Sullivan. Sin embargo, el profesional explica que en el ámbito personal hay matices: “Si bien es desacertado mensajear en determinadas horas, esto puede hacerse entendiendo que el que recibe no debería tener activadas las alertas sonoras a la madrugada. Además, tampoco se puede esperar respuesta inmediata a un envío realizado a medianoche, aunque sea de un amigo”,

Cómo concluir una conversación

Siempre una de las dos partes tiene que finalizar una conversación ya sea porque no hay nada más que hablar o porque hay que seguir haciendo otras tareas. En este sentido, el mal hábito de desaparecer de una chat dejando al otro con la última palabra puede ser reemplazado por una despedida rápida. Otra opción es, como señala Alejandro Artopoulos, sociólogo de la tecnología y profesor la Universidad de San Andrés, “apelar al emoji del pulgar para arriba ya que, culturalmente, está visto como una señal de que el diálogo se da por terminado”.

Qué hacer con los memes y las cadenas

Las viejas cadenas que hace años circulaban a través del correo electrónico hoy se propagan a través de WhatsApp, y lo mismo sucede con los memes que proliferan ante cientos de sucesos. En este sentido, lo ideal es no reenviar cadenas excepto casos muy puntuales y, en el caso de los memes, no está mal redirigir los mejores, pero seleccionando muy bien a los destinatarios para no cometer abusos.

“Dentro de esta categoría, el envío de material pornográfico entre los grupos de papás del colegio es una de las malas prácticas más frecuentes”, señala Artopoulos.

Los audios: amados u odiados

No hay una postura neutral con respecto a los mensajes de voz: son amados u odiados por igual. Desde la mirada positiva, permiten al usuario comunicarse mientras realiza otra tarea o expresarse con mayor facilidad cuando quiere decir algo extenso, además de aportar con la voz un tono al mensaje que el texto no contiene.

Sin embargo, es cierto que puede resultar incómodo para el receptor, que no puede hacer una lectura rápida para llegar a un dato y debe escuchar todo el audio, sean 30 segundos o cinco minutos.

Más allá de los gustos, el consenso indica que los audios deben ser lo más breves posibles y nunca enviarlos en bloque, es decir, uno detrás de otro.

Sobre el Autor

Jessica Hernandez

TRA Digital

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