Las personas con hígado graso no asociado con el consumo de alcohol elevado también deberían evitar beber si desean prevenir el avance del daño hepático, de acuerdo con un estudio de Corea.
La mayoría de la población tiene algo de grasa en el hígado, pero el hígado graso indica que más del 5 por ciento del peso del hígado es grasa. Si esto no se debe a un daño hepático por el consumo elevado de alcohol (enfermedad del hígado graso no alcohólico o EHGNA), lo más común es que esté asociado con la obesidad y ciertos hábitos alimentarios.
El equipo analizó datos de 58.927 jóvenes y adultos coreanos con EHGNA y bajos niveles de fibrosis o cicatrización del hígado. A los 8,3 años o más, en 5630 había avanzado la fibrosis.
Eso era un 29 por ciento más probable en los que bebían con moderación que en los que no consumían alcohol. Bebían con moderación los hombres que consumían hasta dos copas por día y las mujeres que ingerían hasta 1,5 copas diarias de alcohol.
Pero la fibrosis también avanzó en los que bebían poco (menos de 10 g o una copa diaria del alcohol). En ese grupo, el riesgo era un 6 por ciento más alto que en los que evitaban el alcohol, según publica Hepatology.
“No hubo un límite seguro de consumo de alcohol con respecto del avance de la fibrosis”, dijo Seungho Ryu, del Hospital Kangbuk Samsung y de la Facultad de Medicina de la Universidad Sungkyunkwan, Seúl.
El equipo utilizó los resultados de estudios por ultrasonido para evaluar el grado de daño hepático basal y un cuestionario para conocer los hábitos de consumo de alcohol de los participantes.
Una limitación del estudio es no haber utilizado biopsias hepáticas para determinar el avance de la fibrosis, un método que, aunque es invasivo, proporciona resultados más precisos que los utilizados en el estudio.
El estudio tampoco distinguió los distintos tipos de alcohol.
