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Oye Multitud – Celebración de Rosh Hashana 5780 nuevo año Judio

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Por Claudia de Alba

Felicitamos a la comunidad judía en República Dominicana en su nuevo año

5780 deseándoles prosperidad, amor y paz  y un año dulce como la miel.

Registrar todas las festividades que se celebran en Israel es una labor gigantesca. Además de las fiestas nacionales, hay festividades religiosas de  abundancia de comunidades. Los días festivos judíos, musulmanes, cristianos, drusos, circasianos, bahais, caraítas y samaritanos son parte del calendario nacional. Para complicar las cosas aun más, hay tres diferentes días de descanso semanal, viernes para los musulmanes, sábado (shabat) para los judíos y domingo para los cristianos. Y tienen cuatro calendarios diferentes en uso cotidiano a lo largo del país.

Sin importar el nivel de observancia religiosa de uno, es imposible que Rosh Hashana, el Año Nuevo judío, pase inadvertido, porque, como dijera un sabio: “Este es el día en que prácticamente todo judío en el país come demasiado”. Además de celebrar la creación del mundo, este primer día del año marca también el “día del juicio”, en el que cada persona es juzgada de acuerdo a la calidad de sus acciones. A menos que caiga en sábado, se toca el shofar (cuerno de carnero) para llamar a la gente a arrepentirse de sus pecados.

Una tradición a la cual casi todas las familias judías se adhieren es la cena de Rosh Hashana. Se sirve una rica comida, en parte para celebrar el comienzo del año y en parte con la esperanza de que el bienestar y la abundancia de esta comida especial sea un indicio para el nuevo año. La siguiente cena, concebida especialmente para la festividad, se basa en recetas traídas de Israel por judíos de muchas naciones y en platos de las cocinas tradicionales y de las más modernas del Nuevo Mundo. Las recetas están pensadas para seis comensales y frecuentemente incluyen  sopa de frijoles (Grecia), pecho de ternera relleno (Italia) y manzanas al horno con almendras y pasas (España).

Cuando la gente habla hoy en día de “compartir el pan”, el significado es claro: están hablando de comer. Sin embargo esta simple frase data de los tiempos bíblicos. En la antigüedad el pan era considerado tan esencial para la manutención de la vida humana, que no había un acto más social que compartir el pan propio con los demás. En aquellos tiempos la gente no usaba tenedor ni cuchillo, sino que comía con las manos. El pan nunca era rebanado, sino partido con las manos para ser compartido.

Con el tiempo, el acto de compartir el pan se convirtió en un importante ritual social, y en la época del reinado de los primeros reyes de Israel se desarrollaron complejos rituales respecto a quien debería ser el primero en la mesa en partir el pan, respecto a compartir el pan propio con amigos y extranjeros, e incluso respecto de compartir el pan propio con los enemigos.

En la Tierra Santa era tan importante este alimento y los rituales relacionados con cómo comerlo, que encontramos no menos de 600 referencias al pan en el Antiguo Testamento, y al menos ochenta en el Corán. Tampoco había escasez de diferentes tipos de pan en la Tierra Santa. Aunque la mayoría de la gente comía los más comunes tipos de pan plano, los ricos podían elegir entre unos cuarenta tipos diferentes de pan, algunos de los cuales eran redondos, otros cónicos, algunos trenzados, unos hechos con miel, otros con hierbas, especias e incluso con frutas; algunos eran hechos con leche y levadura y otros con huevos.

Los israelíes modernos de todas las religiones y trasfondos étnicos aman este alimento y comen una gran variedad de pan. El repertorio nacional incluye también algunos tipos horneados especialmente para su uso durante las festividades.

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