A Pleno Sol: De reforma agraria

 La reforma agraria ha practicamente desaparecido de las promesas del movimiento político nacional.  Parecería que los partidistas decretaron que al hombre de hoy no le interesa trabajar la tierra.
Hace varias  décadas una de las principales banderas electorales era la futura entrega de tierra a los labriegos que trabajaban a destajo. Pero el conuquismo, y los parceleros individuales no presentaron ninguna solución a los problemas de abastecimiento de alimentos.
Por el contrario, con los amagos de reforma agraria que se hicieron, fueron muchas las agro-industrias que se fortalecieron comprando a precios de ocasión terrenos que aparentemente eran improductivos.
La juventud del campo se cansó de pasar trabajo, consideró que allí no había futuro. La población dominicana dejó paulatinamente de ser mayoritaria en la zona rural.
Las grandes ciudadades se poblaron de campesinos, que habitaron en las zonas marginadas. Si en el campo vivían en el infierno, en la marginalidad sufrieron en carne viva la mayor de las desventuras.
Para hablar hoy de reforma agraria, se debe pensar en una revolución del campo. Las pequeñas aldeas no pueden estar sometidas a la pesarosa vida que raya en el siglo 19. Si no hay modernidad, poco se logra con hablar de reintegración del campesino.
Hay que llevar a los campos dominicanos asistencia médica, servicios de agua potable, energía eléctrica, transporte, y construir por lo menos caminos vecinales y puentes.
Al campo lo derrotó el abandono. Los jóvenes rechazaron seguir viviendo en el atraso de sus padres y sus abuelos. Las agroindustrias que estaban al acecho dieron el golpe, y así hay hoy una situación difícil de revertir.
Pero el conuquismo, madre de esa reforma agraria de mitad del pasado siglo, ya no es posible. La agricultura de hoy tiene que ser colectiva, de una gran tecnificación, contando con el asesoramiento de técnicos capacitados, y dotando al campesino de todas las facilidades para poder trabajar. La azada y el machete se pueden utilizar, pero son instrumentos de museo.
Ya lo mejor no se va a ir al campo, se va a quedar en  las ciudades, pero si se puede mejorar la zona rural. La reforma agraria es un capítulo del pasado, pero con nuevas variantes puede ser una necesidad para hoy.

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