EE.UU dice “No tenemos planes de cambiar nuestra política migratoria con Cuba”

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Editor Elvira Guillén (Tomado de BBC Mundo).- Cuando el 17 de diciembre de 2014 el diplomático estadounidense Jeffrey DeLaurentis caminaba por las calles de la Habana Vieja y comenzó a oír repicar campanas y a ver banderas de Cuba y EE.UU. colgando de los balcones, sintió el peso del momento histórico que protagonizaba.

Al cabo de 55 años, se había anunciado el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos enemigos de la Guerra Fría, un proceso en el cual DeLaurentis fue artífice y pieza clave.

Un año después, el funcionario, quien ostenta el cargo de Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Cuba conversó con el periodista Will Grant de la BBC en la Habana.

El diplomático recordó cómo se produjeron los acontecimientos del 17 de diciembre y reflexionó sobre el largo camino que tienen por delante Washington y La Habana para normalizar las relaciones bilaterales.

Me gustaría que recordara el 17 de diciembre. ¿Cómo fue ese día para usted? ¿Qué estaba haciendo?

Fue un día extraordinario, como podrá imaginarse. Había euforia. Pasé la primera parte de la mañana viendo irse a Alan Gross, y regresé a la embajada a anunciar lo que iba a pasar el resto del día. Podía sentirse desde ese momento esa sensación palpable de entusiasmo, incluso de euforia.

Luego supe que hubo celebraciones en centros laborales cuando la gente escuchó el discurso del presidente Castro; mi propio personal estaba extremadamente entusiasmado por lo que podía ocurrir y uno podía sentir la marea cambiando a lo largo del día.

 

El contratista Alan Gross recientemente ofreció su primera entrevista después de ser liberado el 17 de diciembre. En ella dice que un par de semanas después de ser encarcelado, comenzó a preguntarse, ¿dónde diablos está el gobierno estadounidense? ¿Ud. cree que el gobierno de Estados Unidos lo defraudó?

No lo creo. Creo que hicimos todo lo que pudimos para liberarlo tan pronto como pudimos, dadas las circunstancias que tuvimos y los desafíos que enfrentamos. Por supuesto hubiéramos querido que hubiera sido un período de tiempo mucho más corto, pero pudimos liberarlo finalmente y creo que él está ciertamente agradecido por eso. Él apoya bastante la dirección que el presidente Obama ha emprendido en cuanto a las relaciones con Cuba.

El reto de la desconfianza

Algunos cubanos dicen que esto no significa nada para ellos. ¿Lo han escuchado? ¿Qué responde a eso?

Lo que escucho es mucha esperanza y esto nos lleva de vuelta al 17 de diciembre… yo estaba en la calle y oía las campanas de la Habana Vieja sonar, hay mucha esperanza.

Quizás alguno inicialmente no era realista en cuanto al ritmo, pero creo que en general la gente quieren tener una buena relación con Estados Unidos. Creo que los cubanos siguen siendo, incluso después de todos estos años, un tremendo reservorio de buena voluntad hacia Estados Unidos y hacia el pueblo estadounidense.

Ya hemos visto algunos beneficios, con más estadounidenses, más viajeros; los involucrados en negocios privados sospecho que hacen más negocios; es un sector de la economía que sigue creciendo, entre el sector privado y las cooperativas, estamos hablando del 25% de la fuerza laboral; ellos alegarían que se han beneficiado y habrá más oportunidades para intercambios culturales, y económicos…

Creo que nos gustaría avanzar más rápido pero creo que la gente está viendo los beneficios de este cambio.

Un rumbo “popular”

¿Qué responde cuando la gente en Estados Unidos dice que esta no es la dirección correcta y hablan del récord de Cuba en derechos humanos? ¿Cómo defiende la dirección en que esto se está desarrollando?

Creo que el rumbo que estamos tomando es muy popular, y parece ser más popular en la medida en que avanzamos, y creo que la política de aislamiento que teníamos durante tantos años realmente no estaba funcionando y la política de compromiso es, a mi modo de ver, la mejor manera de avanzar los intereses y valores estadounidenses y de llegar al pueblo cubano, que es lo que hemos estado tratando de hacer desde el inicio.

¿Qué diferencia hace tener una embajada?

Estamos en condiciones de participar de manera más amplia con el gobierno cubano, con la sociedad civil y con el cubano promedio. Podemos relacionarnos e interactuar con los cubanos en toda la isla, podemos viajar, y esto nos hace una operación más eficaz en cuanto a reportar a Washington lo que está sucediendo, y para entender mejor el país, el pueblo y el futuro.

Por supuesto también podemos dar servicios al creciente número de estadounidenses que vienen, tener más oportunidades para intercambios culturales y económicos, toda la gama de servicios que hacen las embajadas en el mundo, ahora podemos hacerlo aquí.

La presencia policial se redujo significativamente alrededor del edificio; obviamente estamos tratando de hacerlo un lugar más acogedor, un lugar al cual los cubanos estén ansiosos, dispuestos y sean capaces de venir. Mi frustración es no ser capaz de viajar todo lo que quisiera, no porque no pueda o quiera, pero porque estoy tan ocupado con tantas negociaciones y visitantes.

Para los observadores, este proceso negociador empezó tres meses después que murió Hugo Chávez. Parece que hay un triángulo ahí, que alimenta lo que está sucediendo.

Para nosotros, hubo muchas razones para hacer un cambio en nuestro enfoque, y una fue ser capaz de promover nuestros intereses en la región, porque la relación bilateral entre Cuba y Estados Unidos se estaba convirtiendo en un impedimento y queríamos cambiar eso también y teníamos apoyo en la región para nuestros esfuerzos de avanzar esta relación.

Negociación vs aislamiento

 

¿Ya la política del gobierno de EE.UU. no está dirigida al cambio de régimen en Cuba?

La política del gobierno estadounidense siempre ha sido promover los intereses y valores de Estados Unidos y el pueblo estadounidense. Durante décadas ha sido nuestra meta.

Durante décadas estuvieron tratando de sacar a Fidel Castro del poder.

Fue una política de aislamiento pero ahora estamos hablando de involucrarnos, de buscar formas de cooperar de la manera en que lo hacen vecinos a 90 millas, de mejorar las vidas del pueblo estadounidense y del pueblo cubano, y nuestra visión es que a través de la relación la embajada, el pueblo y los negocios estadounidenses serán mejores agentes de cambio y pueden alentar mejor las oportunidades y la democracia.

 

¿Cuál es el futuro de ciertas políticas de inmigración que favorecen a los cubanos, que les dan privilegios, como la política de “pies secos, pies mojados” y la Ley de Ajuste Cubano? ¿Cómo puede Washington justificar políticas que le dan condiciones especiales a un país del cual ya no es enemigo?

La inmigración segura y legal es muy importante para nosotros, es una meta clave, por eso tenemos acuerdos migratorios con Cuba. Lo segundo que debo decir es que no tenemos planes de cambiar la política migratoria hacia Cuba o los cubanos.

Hay cambios ocurriendo, pero estamos en un proceso largo y complicado y ahora no tenemos planes de hacer cambios en esa área.

Sin cambios en política migratoria hacia los cubanos

Muchos cubanos están tratando de llegar a Estados Unidos, porque piensan que es una carrera contra el tiempo, y los estamos viendo en un atolladero en Costa Rica. ¿Teme una crisis humanitaria? ¿Otra crisis migratoria, si podemos decirlo así?

No, creo que estamos preocupados por los derechos humanos de estos inmigrantes y estamos muy preocupados por su seguridad y tratamiento, pero como dije no tenemos planes de cambiar nuestra política migratoria y ese es el mensaje que el pueblo cubano necesita escuchar y absorber.

Acabamos de tener conversaciones migratorias con nuestros interlocutores cubanos, también comenzamos a tener algunas discusiones técnicas para perseguir las redes de contrabando humano, que deben ayudar a aliviar el problema.

 

Para que Cuba y Estados Unidos tengan una relación genuinamente normal, el embargo debe ser levantado; eso es algo que oigo constantemente de los cubanos de a pie y del gobierno cubano.

El presidente ha dicho muy claramente que él piensa que el embargo debe ser levantado, que la relación comercial entre ambos países es parte de las relaciones y parte de tener un impacto aquí y veremos cómo marchan las cosas.

Pero de cierto modo el embargo ha sido una calle de dos vías en el sentido de que realmente me gustaría ver que los cubanos avanzaran más en el terreno de los derechos humanos y ciertamente que dificultaran menos establecer negocios, y abrir las cosas un poco para proveer incluso más oportunidades a los cubanos así que veremos cómo marchan las cosas y por supuesto ayudarán a aquellos en Estados Unidos que quieren avanzar en esa dirección.

Marcha atrás

El año 2015 ha sido el más histórico en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. ¿Cree que puede haber marcha atrás?

Todo es posible, pero espero que alcancemos la conclusión de que la trayectoria es correcta para todas nuestras metas aquí.

Diría que hemos logrado bastante progreso en una variedad de áreas, acuerdo de la aviación civil, restablecer el servicio de correos, antinarcóticos, acuerdos de cooperación… en esa área hemos firmados dos acuerdos en el área ambiental.

Quizás ninguno hizo titulares, pero todos ellos muy prácticos, pasos muy útiles de avance y creo que por el pueblo cubano y el pueblo estadounidense me gustaría pensar que esos acuerdos llegaron para quedarse porque son positivos para todos.

 

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