Editorial de Teleradioamérica
Yankee go Home
Estamos pidiendo esto en singular o pareja, ya que el gran pueblo norteamericano es querido y respetado por nosotros los humildes dominicanos
Las intromisiones del actual embajador norteamericano en nuestros asuntos es bochornosa, es descarada, vergonzoso y sobre todo desconsiderada.
Primero, el caso haitiano, como no lograron lo deseado ahora es con los gais, el asunto es culparnos de algo.
Imaginamos que luego el embajador nos calificará de republicanos que para su partido en Estados Unidos es como ver al mismo Satanás.
Lo que sí sabemos es que ha venido de su tierra a burlarse de casi todos los dominicanos y de un gobierno que se respeta poco.
La vida personal de cualquier ser humano es personal, pero no es igual cuando trata de extrapolarlo hacia otros que no están de acuerdo con su formas de pensar o de vivir.
No existen leyes anti gais en República Dominicana, sí estamos conciente que hay una sociedad arraigada en normas y preceptos basados en tradición y educación tanto civil como religiosa, que contempla la unión matrimonial con personas de distintos sexos.
Nadie debe ser culpabilizado o perseguido por su tendencia sexual, pero esto no debe ser impuesto a la gran mayoría de un pueblo y mucho menos cuando proviene del representante de una nación en que hace poco los negros tenían que ceder los asientos principales en los bus a los blancos y entraban por la parte trasera de los hoteles.
Presidente Barak Obama, cambie al embajador que tenemos, no está haciendo nada para acercar a los dos pueblos, todo lo contrario.
