Brasil: Rousseff dice luchará, pide a sus seguidores que se movilicen contra el “golpe”

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Editor Elvira Guillén (RTVE.es).-Con la notificación de su suspensión como presidenta de Brasil ya en la mano, Dilma Rousseff ha abandonado este jueves el Palacio de Planalto arropada por miles de seguidores, a los que ha reclamado que se movilicen para luchar contra lo que ha vuelto denominar como un golpe.

“Jamás imaginé que debería luchar una vez más contra un golpe de Estado”, ha señalado la mandataria, que estuvo presa en los años 70, durante la dictadura militar.

“A los brasileños que se oponen al golpe de Estado, sean del partido que sean, lanzo un llamamiento: mantenos movilizados, unidos y pacíficos. La lucha por la democracia no tiene fecha final, es una lucha que exige que nos consagremos a ella permanentemente”, ha exhortado Rousseff en su primera intervención pública tras ser apartada del cargo por el Senado, que le ha abierto juicio político por la irregularidades fiscales de su Gobierno.

Rousseff siempre ha defendido que esas maniobras contables no constituyen delito, sino que, a lo sumo, son meras faltas adeministrativas. Por ello, su primera reacción en su cuenta de Facebook tras ser suspendida ha sido la misma que durante todo el proceso: “Es un golpe”, ha afirmado. “Cuanto más se aproxima una palabra a la realidad que se quiere esconder, más incómoda se vuelve”, ha señalado Rousseff en la red social.

Después, a su salida del Palacio de Planalto, Rousseff ha evitado bajar por la rampa por la que generalmente abandonan la sede de la presidencia los mandatarios que entregan a su cargo a un sucesor, un gesto con el que quiere dejar clara su voluntad de luchar por mantenerse en el poder.

Baño de multitudes

La presidenta se ha dado un baño de multitudes en la explanada que se extiende ante el Palacio, donde se han congregado cerca de 3.000 militantes del Partido de los Trabajadores y de diversos movimientos sociales que apoyaban su Gobierno, que han coreado: “Dilma, guerra de la patria brasileña”.

Tras ser separada del cargo por el senado, la presidenta Rousseff ha disuelto este jueves su Gobierno. Lo ha hecho mediante un decreto publicado en el Diario Oficial en el que destituye a todos sus ministros y asesores.

La lista de ministros destituidos la encabeza el expresidente y padrino político de la mandataria, Luiz Inácio Lula da Silva, quien llegó a ser designado titular de la cartera de la Presidencia en abril pasado. Lula no llegó a asumir el cargo por una decisión del Tribunal Supremo, que suspendió su nombramiento.

“Una injusticia histórica”

Cardozo “destacó que se está cometiendo una injusticia histórica, en la que procedimientos como el derecho a la defensa, son usados para ofrecer legitimidad a un proceso que rasga la Constitución”, ha indicado la presidenta.

Según Rousseff, Cardozo “recordó que se usan pretextos jurídicos para sacar del poder a una presidenta legítimamente elegida, en una injusticia histórica”.

En esa misma línea se ha pronunciado el, hasta este jueves, gobernante Partido de los Trabajadores (PT), que en un comunicado ha pedido a su militancia movilizarse y “resistir” al “ilegítimo” Gobierno de Michel Temer, hasta ahora vicepresidente y quien reemplazará a Rousseff al menos durante los próximos 180 días.

El presidente interino asume el cargo

Sin embargo, este miércoles, mientras se desarrollaba la sesión del Senado que concluyó con la suspensión de Rousseff, unos pocos y minúsculos grupos se manifestaron en contra de una decisión que era esperada en todos los círculos políticos y este jueves, una vez concluida la votación, casi no hubo reacciones.

En las próximas horas, Rousseff será notificada oficialmente de la decisión del Senado y con eso estará en pleno vigor su suspensión del cargo, que sólo recuperaría si fuera absuelta en el juicio que se iniciará en la Cámara Alta y puede durar hasta seis meses.
Si finalmente fuera destituida, Temer completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019. El hasta ahora vicepresidente asumirá el lugar de Rousseff este jueves, sin ceremonias, debido a la condición de interino que ostentará mientras no se defina el futuro de la mandataria.

La decisión del Senado se fundamentó en unas maniobras fiscales irregulares en las que el Gobierno incurrió en 2014 y 2015, que le permitieron presuntamente “maquillar” sus resultados y presentar números mejores que los que habría mostrado la realidad.

Según el Gobierno, esas maniobras no pasaron de meras “faltas” administrativas habituales en la administración pública brasileña y no podrían constituir razones para la destitución de un mandatario, por lo que el proceso no es más que “un golpe de Estado”, como ha defendido Rousseff en numerosas ocasiones

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  • Si se quedan con los brazos cruzados no griten después, miren lo que está pasando en Argentina, en pocos meses del nuevo gobierno la inflación se ha disparado y con esto muchas personas de clase media han vuelto a la pobreza de nuevo y los pobres a más pobres.

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