Un ordenador o tableta puede considerarse una amenaza terrorista

un ordenador o tableta puede considerarse una amenaza terrorista
un ordenador o tableta puede considerarse una amenaza terrorista

REDAC. INTERNAC. || ABC_TECNOLOGÍA.-   En una sociedad tan altamente informatizada, son pocos los espacios ajenos a la tecnología. Y, además del progreso que conlleva, los cuerpos de seguridad de todos los países han estado preocupados por descubrir los lugares más improbables en donde los terroristas instalen explosivos.

En el fatídico año 2001, Richard Reid, un ciudadano británico, intentó volar un avión que completaba la ruta París-Miami. Se le conoció como el «terrorista del zapato» porque fue ahí donde, para llevar a cabo sus intenciones, introdujo un pequeño artefacto oculto y disimulado que pasó los controles de seguridad. Los pasajeros lo detuvieron, pero ese concepto suicida ha estado perseguida desde entonces.

La prohibición del gobierno de EE.UU. y Reino Unido de portar dispositivos electrónicos más grandes que un teléfono móvil inteligente en vuelos procedentes de ocho países de mayoría musulmana responde a ese miedo de que en estos aparatos, aparentemente inocentes, puedan ser comprometidos y utilizados para introducir artefactos explosivos. Esta restricción incluye aparatos tan extendidos en la sociedad como tabletas y ordenadores portátiles, pero quedan excluídos móviles y determinados artefactos médicos.

Las dimensiones son, por tanto, el límite, dado el miedo a que una tableta pueda ocultar una pequeña bomba disimulada bajo su pantalla. Y se trata, pues, de una medida potencialmente real. Se han dado casos de usos de un dispositivo móvil como detonador remoto de un artefacto explosivo. Técnicamente, no existe diferencia alguna entre el uso de un reloj como temporizador y un teléfono móvil actual. Sin ir más lejos, el pasado año se detuvo a un hombre de 64 años en Colorado (EE.UU.) por un intento fallido de accionar una pequeña bomba a través de su móvil.

Uno de los terroristas más perseguidos por los servicios de inteligencia occidentales durante mucho tiempo fue Ibrahim Hassan al-Asiri, saudí considerado como el responsable de la fabricación de bombas y miembro de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA). Hasta hace varios años se temía que los terroristas fuesen capaces de desarrollar un explosivo que pudiera evadir los controles de seguridad actuales.

El uso durante el vuelo de aparatos electrónicos es una realidad a la que las aerolíneas y diferentes instituciones gubernamentales y de seguridad aérea han tenido que hacer frente. Desde hace un año se pueden llevar, siempre y cuando se tenga activado el modo avión para que no interfiera en las comunicaciones, este tipo de aparatos que muchos pasajeros suelen utilizar para visualizar contenidos audiovisuales o adelantar trabajo.

Precisamente, los expertos insisten en que su uso puede alterar algunas frecuencias. Las normativas de diseño de estos dispositivos son cada vez más estrictas para minimizar esta posibilidad. Según señalan a este diario fuentes de la firma de seguridad S2 Group, en este caso se trata de una cuestión de compatibilidad electromagnética, es decir, «de la posibilidad de que las perturbaciones radiadas por equipos electrónicos de uso común puedan acoplarse e interferir en el funcionamiento normal de los sistemas de a bordo,que también son electrónicos».

El sobrecalentamiento y posterior incendio del dispositivo, además, es una probabilidad real dadas las configuraciones técnicas de los móviles actuales que utilizan baterías de iones de litio. Hay que recordar que tras los primeros casos de incendios en las baterías del móvil de Samsung, el Galaxy Note 7, las aerolíneas reaccionaron de manera tajante, es decir, prohibiendo su entrada y obligando a los pasajeros a tenerlo apagado.

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