Redacción Internacional. – Tras un extensa jornada de trabajo, la habitación se convierte (y en especial, la cama) en el lugar en el que más anhelamos estar. Según diversas estimaciones, allí pasamos un tercio de nuestras vidas.
No obstante, aunque a resulte difícil de visualizar, las sábanas pueden contener bacterias, moho, ácaros y restos de pieles muertas que pueden generar una serie de alergias y afecciones.
¿Cómo evitarlo?
De acuerdo con un estudio del Instituto Pasteur de París, lo recomendable es cambiar una vez por semana la ropa de cama “para impedir que se multipliquen los ácaros del polvo y se acumulen alérgenos”. Pero el problema puede ocurrir en el lavado. Aunque los ecologistas recomiendan evitar las altas temperaturas (por su mayor consumo energético), vale decir que un lavado a 30 grados Celsius (86 grados Fahrenheit) solo elimina al 6% de microorganismos. Si se utiliza a más de 60 grados Celsius (140 grados Fahrenheit) se garantiza un exterminio total.
Otra solución es añadir productos desinfectantes al lavado o recurrir a detergentes con bactericidas que se lleven por delante las partículas. También es recomendable tender la ropa al Sol y plancharla, como anteriormente se hacía.
En este caso, además, el mattress juega un papel importante. Aunque su durabilidad es de aproximadamente 10 años, se recomienda airearlo cada seis meses.
La colcha hay que lavarla con la misma frecuencia que las sábanas y las almohadas, al menos, hay que cambiarlas cada tres meses.
Finalmente, es indispensable lavar la pijama una vez por semana para evitar infecciones.
Con todas estas recomendaciones, tus sueños serán más placenteros.
