Santo Domingo, RD. – El presidente de la Cámara de Diputados Rubén Maldonado motivó a los legisladores a trabajar unánimes en la creación de instrumentos necesarios, a favor de la mejora de su imagen institucional que tan altamente atacada y cuestionada ha sido en la sociedad.
Dicho requerimiento lo hizo este miércoles al reunirse con la Comisión Permanente de Ética del cuerpo legislativo, encabezada por el diputado Francisco Mancebo.
“Nosotros solemos llamarnos honorables, los medios nos llaman honorables, y desde un punto de vista, si lo somos; sin embargo la honorabilidad no es solo una expresión, la honorabilidad es el resultado de una conducta medida, que en consecuencia, tiene que ir acompañada de actuaciones, actos y comportamientos éticos y morales en la sociedad, que requieran que al final nos puedan llamar honorables”.
En ese sentido, aseguró que lo que convierte en honorable a un legislador no es el título temporal que le da el ser diputado, porque entonces figuras como Adolfo Hitler y Rafael Leónidas Trujillo resucitaran y se postularan, se convertirían en honorables; por tanto, la embestidura de honorabilidad no es una expresión, sino una conducta y comportamiento que nos hace digno de ello”, enfatizó el congresista.
Del mismo modo, indicó que la apreciación que tiene la nación dominicana de los diputados en sentido general, es negativa, por lo cual se hace de carácter necesario que dichos congresistas puedan estar en consonancia con una serie de demandas que la sociedad les demanda.
“A partir de hoy desde la presidencia he tomado la decisión de no llamarle honorable a ningún diputado, no porque considere que no lo sean, sino porque quiero que la honorabilidad la demostremos y nos la ganemos, entonces si volveremos a rescatar ese título de honorabilidad”, precisó.
Para tales fines, motivó a los comisionados presentes, a trabajar arduamente en la elaboración de un código de ética para el legislador que cumpla con los requisitos de transparencia, seriedad y conducta social, que les hagan dignos de tal embestidura.
“Trabajemos en crear las condiciones aptas para que esa honorabilidad que nosotros pregonamos sean reales y correctas, que nos den la capacidad de que aún desde la presidencia de la Cámara de Diputados, podamos defender la palabra honorable”.
