Primarias abiertas

unnamed 13
unnamed 13

Por Jesús M. Guerrero 

Durante finales del mes de septiembre e inicio de octubre el debate que ha estado en la palestra pública es la apertura de las elecciones internas de los partidos políticos, las opiniones chocan entre sí. Los criterios a favor y en contra no se han dejado esperar, algunos fundamentados por interpretaciones constitucionales y otros en discursos políticos.

La pregunta obligatoria es: ¿Las primarias abiertas serian el fin del sistema de partidos o su apertura a la sociedad a la cual se han cerrado con el pasar del tiempo?

Un partido político es un conglomerado de hombres y mujeres que comparten los mismos lineamientos ideológicos. Sin embargo, los partidos son instrumentos ciudadanos que no deben estar alejados de la ciudadanía. Incluso el artículo 216 de la Ley Sustantiva, cito: “La organización de partidos, agrupaciones y movimientos políticos es libre, con sujeción a los principios establecidos en esta Constitución. Su conformación y funcionamiento deben sustentarse en el respeto a la democracia interna y a la transparencia, de conformidad con la ley.”, establece en su numeral 1, lo siguiente: “Garantizar la participación de ciudadanos y ciudadanas en los procesos políticos que contribuyan al fortalecimiento de la democracia.”

Es decir, todo quien quiera puede acceder y militar en los partidos políticos y en sus siguientes numerales no se refiere en ningún aspecto a las convenciones internas de los partidos políticos, pero ni la Carta Magna ni la ley electoral vigente establecen como deben ser las primarias. Existe una máxima en derecho que reza: “Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe.”, la principal fuente de derecho es la Carta Magna.

De ser aprobada esta modalidad, la Junta Central Electoral debe ser la garante de que ninguna organización política puede incidir en el resultado de otra y las primarias deben únicamente abiertas para quienes no tienen militancia partidaria y son ciudadanos que cumplen con los requisitos de ley para ejercer el sufragio y de inmediato ser descartado por medios de protocolos fuertes para que no puedan votar nuevamente en otro proceso interno que sea llevado a cabo. Teniendo en cuenta el costo presupuestario que contraería dicho proceso.

Desde la óptica constitucional, las primarias abiertas y simultáneas no parecen pecar de inconstitucionales. Por el contrario, toda medida que se convierte en garantía de participación para las mayorías que son las únicas con capacidad de dar vestigios de legitimidad a quienes aspiren a puestos de elección popular, procede en un Estado Social y Democrático.

Con la tutela de la JCE, se debe garantizar el filtro de su padrón electoral para certificar que solo pueden acceder a los procesos internos los militantes de los partidos y los ciudadanos apartidistas; sin que los primeros puedan votar en el proceso de otro partido y los segundos solo puedan ejercer el sufragio en una sola primaria y no en varias que es el principal temor de la dirigencia política tradicional.

Lo que no puede ser el temor de la clase política es someterse al escrutinio ciudadano. Lo que parece gracioso cuando vemos al presidente de lo que fuese en vida el PRD; en la actualidad apoyando el padrón abierto cuando fue su principal razón de su pataleo histórico luego de perder la convención del 2011. Pero, así lo vimos cuando su discurso era contrario a la reelección presidencial y hoy es parte de un gobierno reeleccionista.

Los partidos políticos no pueden cerrarse a la sociedad, ya que es la única que los puede legitimar. Las primarias abiertas pueden ser el mecanismo legal y electoral para lograr relanzar el tan herido sistema de partidos que hoy exhibimos o pudiesen ser la estocada final, las grandes crisis necesitan giros de 180 grados para lograr soluciones. Pero solo con el paso del tiempo se podrá vislumbrar, aunque para las crisis políticas la institucionalidad es el mejor recurso.

Lo único que puede aniquilar a las organizaciones partidarias es cerrarse a los reclamos de las mayorías, ya que de ellas emana la fuerza para otorgarles el poder para dirigir los destinos de la nación. Los partidos políticos son herramientas sociales para canalizar los reclamos y obtener cambios en beneficio de la sociedad.

Esta controversia no puede continuar obstaculizando la tan necesaria ley de partidos políticos y ya que, ni la Constitución ni la ley electoral se refieren al tema de cómo deben ser llevadas a cabo las elecciones internas, la solución debe surgir en la mesa de dialogo.

La frase de Leandro Alem, describe a la perfección a lo que deben volver los partidos del sistema. Cito: “La vida política forma esas grandes agrupaciones, que llámeseles como ésta, populares, o llámeseles partidos políticos, son las que desenvuelven la personalidad del ciudadano, le dan conciencia de su derecho y el sentimiento de la solidaridad en los destinos comunes.”

Sobre el Autor

Agencias De Noticias

TRA Digital

GRATIS
VER