Redacción Internaional.- Los días de Grand Slam, títulos y el sabor de llegar al número uno del ranking mundial de tenis femenino quedaron atrás para Arantxa Sánchez Vicario. Hoy, para la ex tenista española, de 46 años, su vida se transformó en un calvario: está en pleno proceso de divorcio, con su patrimonio en el aire y con una seria petición para ir a la cárcel por una deuda multimillonaria.
La ganadora de 14 Grand Slam (4 en singles y 10 dobles) vive un traumático proceso de divorcio con su marido Josep Santacana, quien pidió la custodia de los dos hijos de ambos, Arantxa y Leo, alegando que la ex tenista padece problemas psicológicos que la incapacitan para atenderlos.
“A su vez, en un intercambio de golpes, ella ha demandado a Santacana por llevarse parte de su patrimonio, incluidos trofeos, y el juez ordenó su devolución la semana pasada”, cuenta la nota del periódico español y agrega que desde el entorno del empresario negaron que se haya llevado algo.
La relación entre la ex tenista y Santacana generó revuelo desde el comienzo. Una vez que ella se retiró de la actividad, se distanció de su familia, que le manejaba el patrimonio obtenido en su época de jugadora, y su pareja pasó a ser el gestor de sus bienes. Pero con un conflicto en el medio. Los padres se negaron a apoyarla en la nueva relación, alegando que él buscaba salvarse económicamente con ella y hasta contrataron un detective privado para investigar los movimientos del empresario. Arantxa, luego, denunció a través de su libro que su familia la asfixiaba y que lograron dilapidar su fortuna, lo que la llevó a romper relaciones.
Quien ha sido marido de Sánchez Vicario durante 10 años se transformó, además, en su apoderado en todas las sociedades. La pareja se casó bajo el régimen de separación de bienes, un acto interpretado como de rebeldía por la familia de la tenista que le recomendó que firmara un documento prenupcial.
