Estrés postraumático eleva riesgo cardíaco

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A más de 16 años de la limpieza del sitio de las Torres Gemelas tras el ataque del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, un estudio indica que encargados de esa tarea conviven con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y están expuestos a un elevado riesgo de padecer un infarto o un ACV.

A más de 16 años de la limpieza del sitio de las Torres Gemelas tras el ataque del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, un estudio indica que encargados de esa tarea conviven con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y están expuestos a un elevado riesgo de padecer un infarto o un ACV.

Entre los más de 6000 hombres y mujeres que trabajaron en esa “zona cero” durante los últimos meses del 2001, el riesgo de tener un infarto o un ACV 10 años después es tres veces más alto en aquellos con TEPT.

Ni la exposición al polvo del sitio ni la depresión explican ese resultado, según publican los autores en Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes.

Y para el autor principal, doctor Alfredo Morabia, de City University of New York y la Escuela Mailman de Salud Pública de Columbia University, los resultados se aplican más allá de los trabajadores de limpieza de la zona cero.

“El mensaje para todas las personas con TEPT, sean hombre o mujer, es que tienen alto riesgo de sufrir un ACV o un infarto”, dijo Morabia. “Deberían tratar seriamente de reducir los factores de riesgo clásicos de la enfermedad cardiovascular, como el tabaquismo, el colesterol elevado y la hipertensión”.

Una persona puede desarrollar TEPT después de una experiencia traumática, como la guerra, un delito violento, un desastre natural, el abuso físico o un accidente grave. A menudo, causa estrés, ansiedad y miedo persistente, además de recuerdos traumáticos, pesadillas, problemas para dormir y otros síntomas estresantes.

El equipo de Morabia estudió a 6481 trabajadores (ninguno era bombero) y voluntarios que habían participado de las tareas de rescate, recuperación y limpieza en la zona cero los primeros días y los meses posteriores al ataque. Todos habían comenzado a participar de un programa de monitoreo y tratamiento en el 2002.

Los autores se concentraron en la salud de esos trabajadores entre 2012 y 2016; consideraron el polvo al que habían estado expuestos en el lugar, los diagnósticos de depresión, la presión, las grasas en sangre, el peso y el tabaquismo.

El 20 por ciento de los hombres y el 26 por ciento de las mujeres desarrolló TEPT durante el estudio, el doble que en la población general. Las tasas de infarto eran 2,22 veces más altas en los participantes con TEPT que en aquellos sin ese trastorno, mientras que las de ACV eran 2,51 veces más altas con TEPT.

En los hombres con TEPT, pero sin depresión, las tasas de infarto y ACV eran entre 1,88 y 2,27 veces más altas que en el grupo sin TEPT. Hubo poca diferencia en los resultados entre sexos.

Sobre el Autor

Jessica Hernandez

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