Los fumadores son más propensos que los exfumadores o los adultos que nunca fumaron a usar cigarrillo electrónico, de acuerdo con un estudio de Suecia que demuestra que esos dispositivos no funcionarían como herramienta de cesación tabáquica.
Los autores analizaron los datos de tres encuestas a 30.272 personas de entre 20 y 75 años sobre el tabaquismo, el uso de cigarrillos electrónicos y los síntomas respiratorios de trastornos como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El 12 por ciento fumaba, el 24 por ciento había fumado y el 2 por ciento consumía cigarrillo electrónico.
A diferencia de los no fumadores, los fumadores eran 18 veces más propensos a usar la versión electrónica. Los exfumadores eran dos veces más propensos a consumir cigarrillo electrónico que los no fumadores.
Los usuarios de cigarrillo común y electrónico eran mucho más propensos a tener síntomas respiratorios como tos crónica y sibilancias que indicarían la presencia de trastornos como asma y EPOC.
La “eficacia” de los cigarrillos electrónicos “como una herramienta de cesación tabáquica está en debate”, publican los autores en JAMA Network Open. “Nuestro estudio indicaría que, en el nivel poblacional, el uso actual del cigarrillo electrónico no sirve como una herramienta de cesación tabáquica adecuada.”
Las grandes tabacaleras de Estados Unidos están produciendo cigarrillos electrónicos. Estos dispositivos transforman con calor nicotina líquida y saborizantes en una nube de vapor que el usuario inhala.
El estudio no responde la gran pregunta sobre si son seguros o por lo menos más seguros que el cigarrillo tradicional. Aun así, los resultados sugieren que los fumadores deberían tener cuidado al elegir el cigarrillo electrónico por motivos de salud, según opinó Ilona Jaspers, de University of North Carolina, Chapel Hill, y que no participó del estudio.
