Los bebés de madres obesas son más propensos a tener complicaciones al nacer, aun cuando las mujeres no presenten hipertensión o diabetes, de acuerdo con un nuevo estudio.
La obesidad sería tan importante (como) la hipertensión y la diabetes como un factor de riesgo modificable para mejorar los resultados de los bebés al nacer, según publican los autores en Obstetrics and Gynecology.
“Como obstetras, tenemos la responsabilidad única de pensar en varias vidas, como la de la mujer gestante y el feto que crece en el útero materno”, dijo el autor principal, doctor Brock Polnaszek, del Barnes Jewish Hospital y de la Washington University, en St. Louis, Misuri.
Su equipo estudió a 3.311 mujeres obesas y a 3.147 mujeres no obesas con partos vaginales a término. Ninguna tenía diabetes o hipertensión. El 9 por ciento de los bebés del primer grupo tuvo complicaciones, comparado con el 7 por ciento de los bebés del segundo grupo.
Los recién nacidos de las pacientes obesas eran más propensos a desarrollar signos y síntomas que sugerían una infección peligrosa llamada sepsis. Sin embargo, los cultivos bacteriológicos revelaron que las tasas de sepsis no diferían entre ambos grupos de niños.
Mientras que las tasas de esos problemas eran muy bajas, los bebés de las madres obesas eran más propensos a padecer daño cerebral asociado con la falta de oxígeno, lo que elevaba la necesidad de bajar su temperatura corporal para proteger el cerebro.
El doctor Isaac Blickstein, del Centro Médico Kaplan y de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea Hadassah, en Jerusalén, Israel, que no participó del estudio, investiga los riesgos asociados con la obesidad materna y señaló: “La obesidad demanda atención, quizás más que la que recibe la diabetes gestacional”.
