Oye Multitud – En busca de la Verdadera Felicidad

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Dra. Claudia Hernandez.
 
Una historia muy antigua cuenta de un rey a quien una pena muy amarga le devoraba el corazón continuamente suspiraba por la felicidad que no conocía, aunque tenía muchas riquezas y diversión en su enorme palacio.
Sus consejeros trataban de ayudarlo con sus palabras de aliento. Por fin el consejero más anciano le dijo. Yo sé dónde está la cura de su mal; es necesario que busquemos en el reino al hombre más feliz, le pidamos su camisa y tan pronto su majestad se la ponga, se acabará su angustia y obtendrá la felicidad.
Y se fueron los mensajeros por todo el reino buscando al hombre más feliz para despojarlo de su camisa. Después de mucho viajar, un día encontraron a un campesino cantando una canción donde decía que era muy feliz. ¡Ese es nuestro hombre! Exclamaron. Fueron hasta donde estaba el campesino, pero para sorpresa de todos ellos, aquel hombre feliz era tan pobre que ni aún tenía una camisa. Indudablemente que Esclesiastes es uno de los libros más difíciles del Antiguo Testamento. Esclesiastes significa, el que convoca a una asamblea, o el que predica ante una congregación. Mas que predicar, el autor, filosofa sobre la experiencia humana. El autor está buscando el sentido de la vida. Pero desde el mismo comienzo del libro, el autor plantea su tesis: Todo es vanidad,  es decir, un soplo que se desvanece.
El gran sabio Salomón nos enseña donde está la verdadera felicidad:
La verdera felicidad no está en el conocimiento o sabiduría humana. Alguien le preguntó al gran educador Kirkpatrick, de la Universidad de Columbia, ¿Cuál ha sido el descubrimiento más grande de la educación moderna, el respondió el más grande descubrimiento de la educación está encerrado en una sola frase “El que salvare su vida la perderá; y el que la perdiere por una gran causa la hallará”.
Después que Alba Einstein dividiera el atomo vio sus influencias destructoras cuando fue lanzada la primera bomba atómica en Hiroshima, y exclamó su gran tristeza por la tragedia ocurrida. Pensó que su descubrimiento sería usado para beneficio de la humanidad y no fue asi. Muchas veces pensamos que los sabios son felices.
La verdadera felicidad no está en la alegria exterior. Pensamos que los artistas,  cómicos son las personas más felices del mundo y no nos damos cuenta que tienen los mismos problemas (y quizás peores) que nosotros. La vedadera felicidad no está en el placer ni en las riquezas.
Un rico comerciante que había vivido en el lujo por muchos años, amontonó muchas riquezas y olvidándose de Dios y Su Palabra, de repente cayó enfermo. Llamaron al doctor quien le halló muy mal. ¿Estoy enfermo de peligro? ¿Cree que sanaré? Dijo el enfermo. ¿No podré vivir una semana más?  Al escuchar la respuesta del doctor dijo: no diga eso le daré la cantidad de dinero que me pida sí prolonga mi vida  tres días más.
El medico le dijo: no  podrés hacerlo señor; el hombre pasó a la eternidad.
 

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