Al menos 227 heridos durante protestas contra impuestos a los combustibles en Francia

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El Gobierno francés elevó hasta 227 el balance provisional de heridos y a 117 el de arrestados en la tensa jornada de protestas que se registraron hoy en varios puntos del país, donde el movimiento conocido como los “chalecos amarillos” se alzó contra los impuestos a los carburantes.

El Gobierno francés elevó hasta 227 el balance provisional de heridos y a 117 el de arrestados en la tensa jornada de protestas que se registraron hoy en varios puntos del país, donde el movimiento conocido como los “chalecos amarillos” se alzó contra los impuestos a los carburantes.

El ministerio de Interior mantuvo en su nuevo balance el número de fallecidos -una mujer atropellada en el sureste de Francia- y aumentó el de participantes, hasta los 282.710, en cerca de los 2.000 puntos de protesta, muchos de ellos aún activos, situados en rotondas, peajes y ciudades de todo el país.

La protesta en Francia contra el alza de los carburantes y la política fiscal de Emmanuel Macron continúa hoy, aunque con menos intensidad. Según el Ministerio del Interior, se producen acciones de bloqueo o perturbación del tráfico en unos 150 puntos del país, sobre todo en autopistas.

La revuelta de los chalecos amarillos, también bautizado ya como el “movimiento del 17 de noviembre”, prosigue en Aviñón, Lyon, Caen, Rennes, Cannes y Fréjus, entre otras ciudades. La pretensión de una parte de los activistas es mantener el pulso de manera indefinida. Según un nuevo balance oficial, las manifestaciones y bloqueos se saldaron con una muerte –de una mujer, que fue atropellada- y 409 heridos, 14 de ellos graves. Hubo casi 300 detenciones.

 

Las movilizaciones no han hecho cambiar de opinión al Gobierno. En una entrevista con el diario ‘Le Parisien’, el ministro para la Transición Ecológica y Solidaria, François de Ruby, insistió en que no se alterará “la trayectoria prevista” en materia de fiscalidad ecológica. Según De Rugy, es absolutamente indispensable cambiar el modelo de transporte y energético, dejando atrás la dependencia del petróleo.

El abandono de los motores diésel –que son mayoría en Francia- es también una prioridad, dado su carácter muy contaminante. No hay marcha atrás, pues. Darla sería, para el ministro, “una inconsciencia”. Macron, que estaba ayer en el Elíseo cuando los manifestantes se acercaron peligrosamente al palacio y hubieron de ser dispersados por las fuerzas antidisturbios con gases lacrimógenos, ha permanecido hasta ahora en silencio.

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Jessica Hernandez

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