Samsung presentó Flex, un dispositivo con una pantalla interna desplegable

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Samsung presentó ayer Flex, su tecnología para dar vida a smartphones plegables. El prototipo que develó tiene una pantalla externa en la tapa, y una interna, el doble de grande, que se usa cuando se "abre" el equipo.

Samsung presentó ayer Flex, su tecnología para dar vida a smartphones plegables. El prototipo que develó tiene una pantalla externa en la tapa, y una interna, el doble de grande, que se usa cuando se “abre” el equipo. Lo promociona como un smartphone que se agranda y se transforma en una tableta pequeña, pero su destino quizás está en otro lado.

El anuncio de Samsung llega unos días después del de Royole, otro fabricante de pantallas que mostró algo similar, aunque más rudimentario; LG, eterno contrincante en la fabricación de pantallas, promete novedades en esta área para el año próximo (y ya tiene experiencia en el rubro).

En las últimas dos semanas, Xiaomi con el Mi Mix 3, Huawei con el Honor Magic 2 (dos de los cuatro mayores fabricantes de celulares del mundo) y Lenovo con el Z5 Pro, mostraron cómo apuestan a los teléfonos con pantallas deslizantes; Nubia presentó un teléfono con doble pantalla (una frontal, una trasera) que no tiene cámara al frente; unos meses antes, Oppo y Vivo habían mostrado equipos con cámaras frontales emergentes.

Todas estas compañías están buscando lo mismo: ofrecer pantallas más grandes sin hacer más voluminoso el teléfono. En los últimos años (con los Sharp Aquos primero, y luego vía Xiaomi con el Mi Mix, Samsung con el Galaxy S8 y LG con el G6, Apple con el iPhone X) eso se logró reduciendo el marco negro que rodea la pantalla. Pero eso también tiene un límite.

Apple decidió que vale la pena que una parte de la pantalla se dedique a una serie de sensores biométricos y a la cámara frontal (el tan mentado notch, la muesca negra que tiene en la parte superior de la pantalla). Sus competidores probaron con esa misma alternativa (Pixel, Huawei, LG, Lenovo, Asus, Motorola), y ahora van por una opción que creen superadora.

El fin último de los últimos dos años era llegar al Vivo Nex, que salió a la venta a mitad de año, y los teléfonos que lo siguieron: ofrecer una pantalla que ocupe todo el frente del equipo, sin resignar un milímetro cuadrado de superficie. En el Xiaomi Mi Mix 3, por ejemplo, la pantalla ocupa el 93 por ciento del frente del teléfono.

O hacen que la cámara quede oculta en el teléfono y emerja gracias a un motor (como en el Oppo Find X) o dejan al usuario la tarea de deslizar la pantalla completa en forma manual (como en el Xiaomi Mi Mix 3) para revelar las cámaras frontales. El resultado es el mismo: la pantalla ocupa todo el frente del teléfono.

Samsung le dio una vuelta de tuerca a este concepto con su tecnología para ofrecer una pantalla flexible y plegable, que viene prometiendo hace años; con una pantalla Infinity Flex es posible crear un dispositivo que sea compacto -cuánto, no sabemos realmente, porque lo que mostró ayer era un prototipo, con una pantalla en la cara exterior de 4,6 pulgadas- y que cuando es necesario se despliega y se transforma en una tableta de 7,3 pulgadas, con un formato 4:3, es decir, parecido (en su relación entre el alto y el ancho de la pantalla) a un iPad. No sabemos qué penalidad se paga por esta bisagra, en términos de grosor del dispositivo, peso, durabilidad, costo, etcétera.

Sobre el Autor

Jessica Hernandez

TRA Digital

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