La República.– El labio leporino o fisura labial es uno de los defectos congénitos más frecuentes. Los suplementos de ácido fólico, antes y durante el embarazo, ayudan a prevenirlo.
La cara cumple una función muy importante a nivel emocional y psicológico, por lo que cualquier afección que se presente en el rostro puede generar consecuencias negativas en el desarrollo personal.
Durante la fase embrionaria, hay zonas del cuerpo que están abiertas, y se van cerrando a lo largo del tiempo. El labio leporino o fisura labial es un simple defecto de cierre, que no afecta directamente a las funciones vitales, sin embargo a veces se convierte en un drama para las familias.
Según diversos estudios, este es uno de los defectos congénitos más frecuentes en bebés y puede estar integrado en algún síndrome con más alteraciones, o presentarse de forma aislada.
Causas
El labio leporino se presenta cuando los tejidos de la cara y de la boca del bebé no se fusionan de manera adecuada. Normalmente, los tejidos que conforman el labio y el paladar se fusionan entre sí durante el segundo y el tercer mes del embarazo. Pero en los bebés con este defectos, la fusión nunca ocurre, o bien es parcial.
Esto puede deberse a una deficiencia de ácido fólico en la gestantes, interacción de factores genéticos y ambientales.
Factores de riesgo
Varios factores pueden incrementar la probabilidad de que un bebé padezca labio leporino. Los antecedentes familiares y la exposición a ciertas sustancias durante el embarazo, como cigarrillos, alcohol, drogas y ciertos medicamento, aumentan el riesgo de desarrollar fisura labial. De igual manera, las probabilidades se elevan cuando las gestantes sufren de obesidad o han sido diagnosticadas con diabetes antes o durante el embarazo.
Tratamiento
La cirugía es la mejor opción para cerrar el labio leporino. Se suele realizar este procedimiento cuando el bebé todavía es muy pequeño, entre las 6 semanas y los 9 meses de edad. Después de la cirugía, es posible que el niño necesite someterse a otra operación en el futuro, sobre todo si la deformación tiene un gran efecto sobre la zona de la nariz.
La mayoría de los bebés se cura sin dificultad y, según la gravedad del defecto, posteriormente se tendrá que reparar la cicatriz de la operación. No obstante, las secuelas como problemas auditivosson comunes en niños con labio leporino. Por lo que es importante que el pequeño afectado por esta malformación deba realizarse una audiometría al comienzo y repetirla cada cierto tiempo.
Prevención
Se recomienda a las mujeres tomar suplementos de vitaminas con ácido fólico antes y durante el embarazo para prevenir este defecto. La prevención tiene especial importancia cuando hay antecedentes en la familia. De ser así, los suplementos de ácido fólico podrían disminuir los casos hasta menos de la mitad.
