Ralph Breaks the Internet es muy superior a la primera película y la mejor de Disney en casi un cuarto de siglo, al menos desde El rey león(1994)
Resulta difícil negar, sobre todo con los argumentos correspondientes y sin parecer alguien temerario, bobo, irracional o un peligroso demente, que la llegada de Pixar a los cines del mundo entero con Toy Story (John Lasseter, 1995) supuso un auténtico terremoto, no solamente por su técnica virtuosa sino también gracias a la originalidad y la frescura de sus guiones, emocionantes, ingeniosos y muy divertidos también. A lo largo de veintitrés años y con escasísimos pinchazos —como Cars 2 (Lasseter y Brad Lewis, 2011)—, sus largometrajes se han convertido en aquello a lo que otros estudios aspiran, habiéndolo logrado pocas veces: