El suplicio de Bahía de las Águilas

WhatsApp Image 2018 08 28 at 3.31.52 PM
WhatsApp Image 2018 08 28 at 3.31.52 PM

Por:

Tony Pérez

Cuando el forastero Moisés Marchena volvió a Pedernales y, camino a la hermosa playa Bucanyé, con un tractor arrasó manglares centenarios y en el sitio instaló un furgón-guarida con planta eléctrica propia y luminarias orientadas hacia el mar Caribe, hubo indiferencia en el pueblo, y en el país entero un silencio mediático largo. Tenía licencia social para todo. Hasta para humillar a las niñas presas de la pobreza y de la falta de dignidad de sus padres, en presencia de lambones que debían aplaudir so pena de sanciones estrambóticas.

Se trataba del “desarrollador”, el papá, el “compratodo”, el dueño de la provincia a inicios de la década de los noventa.   Balaguer agotaba su último tramo en Palacio (1986-1996).

Aquel hombre había visitado antes la comunidad del suroeste de la frontera con Haití, 307 kilómetros distante de la capital y, con pinta de humilde, se había hospedado en una casona barata desde donde se desplazaba con discreción, Duarte arriba, Duarte abajo.

Ni imaginó la población que estaba ante una de las fichas visibles más estridentes del robo al Estado más grande de la historia: 662 millones de metros cuadrados del Parque Nacional Jaragua, incluida la siningual playa Bahía de las Águilas, declarada en 2002 por la Unesco como Reserva Mundial de la Biosfera (Parcela 215-A, Distrito Catastral 3, Pedernales). https://christianalugo.wordpress.com/2013/02/21/el-fraude-de-bahia-de-las-aguilas-iii-de-iv/.

El día en que regresó para quedarse, Marchena ya no era el tipo tímido, intrascendente, como simulaba en su visita anterior. Aunque su corte de aduladores y relacionistas insistía en presentarlo como el doctor Marchena, el hijo del pueblo, él chorreaba arrogancia por los poros, y su conducta parecía una copia fiel de las escenas de las narconovelas, aunque –según la revista Ahora de la época–  su repentina riqueza tenía raíces en un fraude al Medicare de Estados Unidos por un monto de unos 5 millones de dólares.

http://pedernales.es.tripod.com/marchena.htm.

Sea lo que sea, él pagaba artistas caros, como Fernando Villalona, para que le cantaran a él, y así engordar su ego. Se trancaba por días en su hotel de la Duarte, a cien metros de la playa local, y sobre él giraba el mundo. El desfile de vulnerables frente a sus puertas se convirtió en un ritual cada día. Y él, indiferente, solía burlarse.

Hay mil y una historias sobre sus caprichos y borracheras, acostado en una tumbona al lado de la piscina que había construido, solo para él y para quien él quisiera, y como él quisiera. Había que tirarse en picada cuando lo dispusiera, sin importar hora ni traje smoking. O reír a carcajadas cuando una damisela le acariciaba su cuerpo con una pluma, o un chef europeo, elegantemente vestido, sin derecho a equivocarse, le servía sus vinos franceses.   

Montaba espectáculos deportivos costosos, pagaba páginas completas en los diarios, lograba comentarios favorables en la TV y la radio, llevaba periodistas, políticos y amigos a Pedernales. Les ofrecía todas las atenciones. Todo cubierto con “su dinero”.

Instaló una empresa de televisión por cable, y tiraba líneas gratuitas a líderes provinciales con el objetivo de adocenarlos.

Él se consideraba una institución. Llegó al colmo de organizar en la capital actos para reconocer méritos a pedernalenses no residentes. Y les entregaba certificados rubricados por él. Hube de rechazarle varias veces su invitación, a través del intermediario. Como le rechacé cualquier monto para hacerle maestría de ceremonia. Como le devolví un canastón navideño enviado a Radio Mil.

Marchena lo compraba todo en Pedernales. Lo quería tener todo. El pueblo entero. Hasta Radio Pedernales quiso comprar, según me contó por teléfono el dueño, Rodolfo Lama, quien llamó para expresar su preocupación y pedir solidaridad.

SILENCIO CONVENIENTE

El silencio colectivo seguía; mientras, las loas iban y venían cada vez más acentuadas. Nadie podía más que Marchena en Pedernales. Y él se ufanaba de su poder para arrodillar a quien fuere. Parecía un monstruo desbocado

Como director-locutor de Radio Mil Informando y reportero investigador de Última Hora denuncié de manera sistemática el problema de fondo ocultado por su conducta excéntrica. El secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general Constantino Matos Villanueva, ordenó que la Fuerza Aérea usara un helicóptero para sacar de Bucanyé el furgón-guarida. “Yo recibí la orden del Presidente; ese hombre anda mal”, contó sonriente durante una entrevista en su residencia del centro de la capital.

Lo sacaron. Pero siguió por otro lado con el ambicioso plan. Su influencia era indiscutible. A sus pies tenía funcionarios del Ejecutivo, legisladores, militares, políticos de oposición, periodistas, abogados, testaferros… Tan seguro de su dominio que sin rubor los desafiaba en público. Cuando, por sus arrebatos insoportables, le encarcelaban, les recordaba sus donaciones y la obligación de ponerlo en libertad.

A mediados de noviembre de 2010, el empresario Marchena moriría en la cárcel La Victoria, a causa –según las autoridades– de una úlcera sangrante en el estómago.

La corte corifeos que le defendía a rabiar, ha callado para siempre.Ni siquiera una misa. Tal vez era más importante echar el pleito por las tierras ajenas con la esperanza de, al menos, quedarse con una tajada y sin pagar por los daños provocados a la sociedad.

Desde que el primer gobierno presidido por Leonel Fernández (1996-2000)procedió en justicia contra los autores del caso Bahía de las Águilas, han pasado dos décadas. La gestión de Danilo Medina acaba de coronar la cruenta guerra, tras seguir la iniciativa de su antecesor. Y siente gran satisfacción por el logro, como ha anunciado el ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo.

http://eldia.com.do/gobierno-celebra-fallo-de-la-suprema-corte-a-favor-del-estado-en-caso-bahia-de-las-aguilas/.

Ahora, luego de 21 años de sueños pedernalenses truncados, atribuidos a la litis judicial; luego de tanto daño, no habrá excusas para impulsar el cacareado desarrollo turístico de Pedernales. Ni razones para olvidar a los traidores que, por dinero, miedo u oportunismo, evadieron el fondo con su silencio apestoso o sus discursillos faranduleros.

Sobre el Autor

Agencias De Noticias

TRA Digital

GRATIS
VER