Florida recuerda la masacre de San Valentín

masacre parkland
masacre parkland
Este tiroteo, el tercero más mortífero llevado a cabo en una institución educativa en el país (por detrás de las masacres de Virginia Tech (2007) y Sandy Hook (2012).

REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El 14 de febrero del año pasado Nikolas Cruz ingresó al colegio del que alguna vez fue alumno, el Marjory Stoneman Douglas High School, ubicado en Parkland (Florida), y abrió fuego con un fusil AR-15. Mató a 17 personas –entre estudiantes y miembros del staff de trabajo– y dejó heridas a otras 17. Con un historial de enfermedades mentales, actualmente está acusado por más de 15 cargos y homicidio agravado.

Este tiroteo, el tercero más mortífero llevado a cabo en una institución educativa en el país (por detrás de las masacres de Virginia Tech (2007) y Sandy Hook (2012), y el segundo más letal en la historia del estado de la Florida, hizo que el presidente Donald J. Trump propusiera, 24 horas después de los hechos, armar a los profesores para frenar a los tiradores en las escuelas. Esta declaración, sumada a la indignación mundial que despertaron los hechos, avivó el debate sobre el control y porte de armas en el país.

Desde la otra orilla del Ejecutivo, y con el objetivo de endurecer las leyes que regulan el control de armas, el país presenció una movilización juvenil masiva en Washington, a la que asistieron más de 500.000 personas, entre ellas sobrevivientes de la masacre. También hubo manifestaciones en varias ciudades del país.

Con el argumento de que este no era un problema demócrata o republicano, sino “un problema de todos los americanos”, los manifestantes pidieron el endurecimiento de las leyes que regulan el porte y uso de armas. Si bien es cierto que hay sectores de la población civil que quieren una prohibición total, David Hogg, uno de los estudiantes sobrevivientes y líder de #NeverAgain, un movimiento ideado para promover la seguridad en los colegios y el fortalecimiento de la legislación alrededor de las armas, hizo un llamado más realista.

“No estamos tratando de quitarles sus armas; estamos tratando de recuperar nuestras vidas. Somosniños y ustedes son los adultos. Tienen que tomar acción y jugar un papel. Trabajen juntos. Dejen de lado sus políticas y hagan algo”, argumentó quien se ha convertido en la cara de una nueva generación de activistas que buscan tener éxito en donde otros han fracasado.

Los legisladores también escucharon al estudiante y sobreviviente Aalayah Eastmond, quien estremeció a la multitud cuando dijo que ella, quien perdió a dos personas en su salón de clases, se salvó tras haber usado uno de los cuerpos de sus compañeros como escudo humano. “Ningún estudiante debería sobrevivir protegiéndose con el cuerpo de una persona fallecida, pero yo fui ese estudiante”, dijo.

Sobre el Autor

Agencias De Noticias

TRA Digital

GRATIS
VER