La Utopia de la independencia 175 años después

Dario Nin1
Dario Nin1
Desde ese 27 de febrero de 1844 al 27 de febrero que acabamos de conmemorar han transcurrido 175 años. Para un hombre de estos tiempos, es imposible alcanzarlos, en términos de vida humana   es una eternidad.

Desde ese 27 de febrero de 1844 al 27 de febrero que acabamos de conmemorar han transcurrido 175 años. Para un hombre de estos tiempos, es imposible alcanzarlos, en términos de vida humana   es una eternidad.

Ciento setenta y cinco años con un sueño que no logramos conciliar.  Nos acostamos siempre del mismo lado de la cama esperando encontrarnos con el sueño que la noche anterior dejamos sin concluir para continuarlo, pero en lo que lo recorremos nuevamente se nos acaba el tiempo y simplemente lo repetimos. Un sueño empezado y que siempre repetimos y repetimos sin llegar a un final feliz, despertamos con la sensación de estar cansados y más cansados.  Añoramos un sueño que nos haga despertar sonriendo, feliz, tan evidente el grado de felicidad que alguien nos pregunte y…: ¿qué te pico anoche? Pero que va, ese sueño no termina y consecuentemente ese final no se da.

¡Caray, 175 años queriendo terminar un sueño! ¡Qué cosa! Tal vez ya el colchón no es cómodo, tal vez la colcha está desgastada y hay que mandar a reforzar el colchón con más capas o quizás debemos comprar otra cama, pero si aun comprando otra cama, nos acostamos del mismo lado y repetimos los mismos rituales del descaso, quizás reproduzcamos similar sueño.

No dudo que, teniendo nueva cama, o un nuevo forro más acolchado, el sueño avance o dure un poco más para que veamos que por lo menos nos movimos, que avanzamos y si antes nos quedábamos en medio de un puente, por lo menos ahora con el empuje del confort lo cruzamos, aunque nos quedemos varados al pie del puente mirando al horizonte con un signo de interrogación que se divisa fuera de nuestra cabeza, que se lee como:  … ¿y ahora qué?

¿Y Ahora qué? Qué queremos encontrar después del puente, qué buscamos, cómo queremos que termine nuestro sueño. ¿Y ahora qué? ¿Qué debemos hacer?  Dejar de buscar el sueño utópico que aspiramos o construir uno nuevo con un fin deliberado.

¿A qué Patria aspira tú, a qué independencia, a qué soberanía?  Ciento setenta y cinco años después de haberte acostado a soñar, parece que esa no es posible.  ¿Paramos, y en este camino en donde ya cruzamos el puente desmontamos la carga y edificamos aquí?

Te propongo un nuevo sueño. Te propongo simplemente vivir para un propósito altruista donde inviertas parte significativa de ti para los demás, sin olvidarte de ti mismo , te invito a que calcules los años que has vivido, los que podrían faltarte, calcules lo que has recibido y calcules lo que tu dejarás cunado te marches, pasa balance y mira lo que te queda. Eso es lo tuyo hoy. ¿ Y ahora qué?  Yo no sé, son tus bienes, ¿que tú crees? Fue, es y será tu vida. ¿Qué harás es tu realidad?

¿Y que tiene eso que ver con los ciento setenta y cinco años de la independencia?  Nada, hoy quise dejar que mi subconsciente hablara, no sé si lo que he escrito tiene lógica o fundamento, solo escribía lo que me sale, tal vez es que muy a dentro    he creído que tal cosa jamás se conseguirá, tal vez nos hemos acostumbrado a dormir del mismo lado y no queremos terminar el sueño porque el sueño no termina en nada bueno.  Quizás la independencia  está en el camino porque no hay  destino final, quizás el sueño termina en un pequeña burbuja, que a  su vez está en un gran estanque que tarde o temprano se rompe y se confundirá lo de la burbuja con el gran estanque, o quizás  es que muy adentro pienso que eso de independencia es como el perro con la cadena al cuello que da vuelta alrededor de un punto que lo sujeta, que no le hace mayor resistencia hasta que quiere avanzar más allá de la circunferencia que hace  con su andar de cada día. O quizás mis neuronas colapsaron y ya no hacen sinapsis correctas y pertinentes.  quizás la independencia es una utopía, (porque sin voluntad ni fuerza, no ha habido, no hay, ni habrá soberanía), que se concretiza en nuestro auto engaño, pero, aun así, nos ayuda a colocar pizcas de ilusión   a una cruda realidad.  Quizás la Biblia tiene razón y el hombre nada bueno tiene y sus obras son como los trapos que menciona,  quizás  no sea posible construir personas, quizás debemos admitir el sálvese quien pueda,  quizás los tontos  hemos creído el  cuento de que sí se puede, los idealistas  de la Patria subestimaron el poder de los malos  y lo desmedido que se puede llegar a ser cuando el ego se baña de ambición y  quizás el interés pudo más que… , quizás el servir al pueblo ya no sirve, quizás  ya no tiene validez eso de que el que no vive para servir, no sirve para vivir , quizás,  quizás, quizás,… porque no es exclusivo de los que están, también de los que estuvieron y de los que llegaran, de los que “gobiernan” desde dentro y  de los que gobiernan desde fuera.  Perdóname, pero hoy sólo tengo ideas incoherentes, perdóname, pero quizás… Bueno, nada quizás lo mejor que puedo hacer es no seguir hablando locuras, quizás eso sea lo mejor. Permíteme por lo menos despedirme, porque quizás me vuelvas a leer y lo menos que puedo es ser cortés y decirte hasta la próxima, porque quizás yo siga pensando igual, aunque todo cambia…!Quizás!

 

Sobre el Autor

TeleradioAmerica

TRA Digital

GRATIS
VER