SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El ministro de Economía, Isidoro Santana, afirmó que la provisión de agua para consumo humano, así como la dotación para industrias, comercio y turismo no ha sido tan afectada a causa de la sequía.
“Los más afectados han sido los productores agropecuarios. Medir las pérdidas por el fenómeno natural todavía no es posible porque no sabemos cuando finaliza”, explicó Santana.
Expresó que las recientes lluvias caídas en gran parte del territorio nacional alivian y amortiguan los efectos del fenómeno. “Todavía no podemos cantar victoria, hay que esperar que termine del todo”.
El titular del MEPyD ofreció estas declaraciones previo a la apertura del “Panel sobre inversión pública sectorial en República Dominicana”, iniciativa de este ministerio, a través de la Dirección General de Inversión Pública, y el de Hacienda, con el Centro de Capacitación en Política y Gestión Fiscal (CAPGEFI).
En el evento, Santana planteó la necesidad de que el Estado priorice inversiones en el sector agua, especialmente en saneamiento y disposición de los desechos sólidos ante la intensidad de los fenómenos naturales debido al cambio climático.
“La inversión en agua, que históricamente la República Dominicana la hemos concebido como inversión en acueductos, represas o canales de riego, puesto que en esas infraestructuras se ha concentrado la acción pública a lo largo del tiempo, aun así, han resultado insuficientes”, señaló Santana.
Indicó que cada día más se debe priorizar la inversión en el sector agua pues hay que invertir en limpieza de los cauces de los ríos, manejo y control de los desagües e inundaciones en zonas vulnerables y, sobre todo, en plantas de tratamiento.
Precisó que los organismos internacionales recomiendan que la inversión pública ronde entre cinco y siete por ciento del Producto Interno Bruto; sin embargo, las limitaciones fiscales del Estado dominicano provocan que se invierta el 2.8 por ciento del PIB.
Al ser abordado por periodistas, Santana también abogó por el fortalecimiento institucional del sistema de estadísticas, aclarando que sucede igual que en toda América Latina: la desconfianza en las instituciones impacta en los datos y cifras que ofrecen las instituciones públicas
