El intra.- Cuando “Game of Thrones” aterrizó en HBO en abril de 2011, Sophie Turnertenía 15 años. El constante ascenso de popularidad de la serie solo hizo que poner un foco cada vez más grande sobre actores jóvenes como ella, lo que a su vez se tradujo en comentarios en redes sociales, buenos y malos.
Por desgracia, las críticas acabaron teniendo un efecto negativo en la salud mental de la actriz británica, que incluso llegó a considerar el suicidio.
“Simplemente, empecé a creérmelo. Me diría a mí misma, ‘Sí, tengo granos. Estoy gorda. Soy una mala actriz’. Me lo creía”, cuenta Turner en una entrevista con Dr. Phil en el podcast “Phil in the Blanks”. “Le decía (al equipo de vestuario) que me apretaran el corsé. Me convertí en alguien muy autoconsciente”.
Los juicios afectaron a su inseguridad y esto desencadenó en síntomas de depresión: “Solo lloraba, lloraba y lloraba mientras me cambiaba y me ponía la ropa. Me decía a mí misma, ‘No puedo hacer esto. No puedo salir. No hay nada que me apetezca hacer'”, recuerda la artista. “He sufrido depresión desde hace cinco o seis años. El mayor reto para mí es salir de la cama y salir de casa. Aprender a quererse a uno mismo es el mayor desafío”.
Todas esas dificultades de salud mental también hicieron que la intérprete de Sansa Stark considerara hacerse daño: “Es raro. Diría que no estaba muy deprimida cuando era más joven, pero solía pensar mucho en el suicidio cuando era más joven.”
Ahora la estrella de 23 años, admite que la medicación, la terapia y por sobre todo su relación con el cantante Joe Jonas (con quien se prometió en 2017) la han ayudado mucho. “Ahora estoy con alguien que supongo que hace que me dé cuenta de que tengo algunas cualidades positivas. Y cuando alguien te dice cada día que te quiere, te hace pensar de verdad a qué se debe y te hace quererte a ti mismo un poco más. Así que sí, me quiero a mí misma”, concluyó.
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