El suicidio del expresidente peruano Alan García, acusado de corrupción, se ha convertido en la principal justificación de diversos políticos para intentar desmontar la lucha anticorrupción de fiscales y jueces en el Perú, en una semana crucial para la investigación del caso Odebrecht.
EFE
El suicidio del expresidente peruano Alan García, acusado de corrupción, se ha convertido en la principal justificación de diversos políticos para intentar desmontar la lucha anticorrupción de fiscales y jueces en el Perú, en una semana crucial para la investigación del caso Odebrecht.
La investigación, que involucra a los últimos cuatro expresidentes peruanos, entre los que se encontraba García, tendrá esta semana, entre el 23 y 26 de abril, nuevos nombres y confesiones de los pagos ilegales que la constructora brasileña hizo en Perú, cuando el exsuperintendente de Odebrecht en el país, Jorge Barata, responda en Brasil ante los fiscales peruanos.