(MLB.com), WASHINGTON.- Por un tiempo, será una sensación extraña. Bryce Harper no sabe por cuánto tiempo se sentirá así, pero será durante un buen rato.
Harper entró al Nationals Park el martes, antes de la victoria por 8-2 de los Filis sobre los Nacionales, por primera vez desde que firmó un contrato de 13 años y US$330 millones con Filadelfia el 2 de marzo.
El jardinero estelar, quien se fue de 5-3 con un enfático jonrón de 458 pies en su primer partido contra su antiguo equipo, se pasó las primeras siete campañas de su carrera con Washington. Fue Novato del Año de la Liga Nacional con los capitalinos en el 2012 y Jugador Más Valioso de dicho circuito en el 2015 vistiendo el uniforme de los Nacionales. Además, fue convocado a seis Juegos de Estrellas, incluyendo el del año pasado en el que ganó el Festival de Jonrones.
Desde aquel 2012, cada vez que llegaba a la entrada de los jugadores al estadio, caminaba hacia el clubhouse local. Ahora le toca el los vestidores de visitante.
“Creo que cada vez que lo haga va a ser un poco extraño, pero mientras más juguemos aquí, menos diferente se va a sentir”.
Los Nacionales le ofrecieron un contrato de 10 años y US$300 millones en el último día de la temporada del 2018, pero US$100 millones de ese dinero hubiese sido diferido. Harper, su esposa Kayla y su representante Scott Boras se reunieron con los dueños de los Nacionales el 23 de diciembre para seguir negociando, pero la segunda oferta de Washington quedó corta de las expectativas del guardabosque estelar.
Unos meses después, Harper firmó con un rival divisional de los Nacionales.
“No tengo nada en contra de los Nacionales, ni la familia Lerner (dueños del equipo)”, dijo Harper el martes. “Siempre me trataron con el mayor nivel de respecto. Siempre valoraré esos momentos (en Washington).
“Simplemente no se dio”, continuó Harper al tocar el tema de las negociaciones con los Nacionales.
Harper esta a gusto en Filadelfia. Tuvo una gran primera serie por el equipo contra los Bravos, con dos jonrones antes de su tablazo en Washington el martes.
En ese primer encuentro ante los Nacionales, Harper quería escuchar aplausos pero esperaba algunos abucheos. Se oyeron ambas cosas.
“Es parte del deporte”, dijo Harper. “Si soy un jugador visitante, me van a abuchear”.
