Oye Multitud – Procesos Judiciales Contra Jesus

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Por Claudia Hernandez

Indefención y rechazo de Jesús.

La lógica consecuencia de todo es que Jesús se encuentra en una soledad creciente. No puede contar con nadie para su defensa.

Unos (los poderosos) no quisieron hacerlo porque Jesús no les pertenecía; otros (los marginados) no pudieron hacerlo porque carecían de medios. Así, el escándalo ante Jesús se agudizo precipitadamente hasta llegar al rechazo frontal y a su martirio. A este respecto son muy significativos los frecuentes intentos de acabar con la vida de Jesús ya durante su vida publica (Lucas 4:28-30; Jn 8:59; 10,31,39).

El mensaje religioso de Jesús presentaba una novedad tan absoluta y unas exigencias tan radicales, que desautorizo las concepciones de sus contemporáneos y amenazo sus sistemas de seguridad, por lo que decidieron eliminarle apelando a la legalidad vigente.

Los procesos judiciales seguidos contra Jesús: El proceso religioso y la condena por blasfemia.

Los verdaderos motivos de la muerte de Jesús se produjeron en el campo religioso y fueron el resultado de su enfrentamiento con el judaísmo oficial. Su pretensión le hizo persona non grata para el Sanedrín, el tribunal supremo judío, y fue tachado de blasfemo. Ahora bien, ¿en que consistió propiamente la blasfemia de Jesús? Se han barajado tres hipótesis como respuesta a esta pregunta: Haberse declarado Jesús Mesías e Hijo de Dios bendito (Mt. 26,63-66). Aunque esta declaración-Hijo de Dios y Mesías-podía ser interpretada de forma ortodoxa en el judaísmo, los evangelistas que lo narran vincularon a ella la sentencia por blasfemia y la condena a muerte por parte del Sanedrín; señal de que entendieron esa declaración de Jesús en sentido no aceptable por la tradición judía: Jesús se habria apropiado de una dignidad mesiánica que no le correspondía e incluso se atribuía un carácter divino. Siendo hombre. Haber cometido desacato al santo tribunal del Sanedrín.

El silencio de Jesús en el tribunal, que acentúa con fuerza el Evangelio de Marcos (16,60 ss), vendría a significar que, callándose, Jesús se negaba a colaborar con un tribunal religioso que actuaba en nombre de Dios.
Este comportamiento pudo ser para los miembros del tribunal un claro exponente de la arrogancia de Jesús: pretender estar revestido de una autoridad sobrehumana en virtud de la cual el solo sería el juez legítimo de su propia causa o remitirse a la propia autoridad divina por encima de la legítima institución humana que la representaba. En cualquier caso, Jesús aparecía incurso en el delito de desacato a un tribunal sagrado, castigado, según Dt 17, 12-13, con la pena de muerte.
La heterodoxia de las palabras y actuaciones de Jesús.

A los ojos de las autoridades judías, Jesús se había apartado de la religión oficial de Israel en puntos esenciales: la Ley, el Templo y su misma comprensión del Reinado de Dios. Sin letras ni delegación oficial alguna, por ser un laico, se había atrevido a contradecir a los intérpretes legítimos de la tradición religiosa, letrados.. Todo esto era suficiente para considerarlo blasfemo, falso profeta y embaucador del pueblo.

El proceso civil y la condena por sedición: históricamente parecen incuestionables tres datos sobre la muerte de Jesús: la sentencia definitiva de Pilato; el motivo de la sentencia, hacerse rey de los judíos; la cruz como instrumento de la ejecución de la sentencia. Estos tres datos hablan de una condena política, lo que es extremadamente llamativo. A pesar de que Jesús dejo muy claro que su proyecto era estrictamente religioso y no político, al final fue ejecutado por la autoridad civil de los romanos como perturbador social y usurpador del poder, en un suplicio reservado a esclavos, criminales o insurrectos. ¿Cómo se explica esta contradicción? Se han avanzado tres hipótesis explicativas.

-El Sanedrín, autoridad suprema del judaísmo, estaba privado de la potestad de ejecutar sentencias capitales por la ocupación romana. A este motivo se refiere el texto del Evangelio de Juan 18: 31. Esta seria la razón por la que las autoridades judías tuvieron que solicitar de Pilato la condena a muerte de Jesús.

-El Sanedrín no logro la unanimidad en su juicio contra Jesús por blasfemia, aunque tuviera poder para la lapidación de reos (caso de Esteban, según Hech 7, 54-8, 3). No hay que olvidar que Jesús tenía amigos en el Gran Consejo, Nicodemo y José de Arimatea. En cualquier caso, el traslado de la causa de Jesús al poder civil romano suponía la imputación de delitos civiles o políticos contra Jesús.

-Pilato, el procurador romano, tenía la obligación de tutelar el respeto de la legalidad vigente. Por eso intervino con todo derecho en el proceso seguido de una posición apolítica inevitable.

La transferencia del juicio de Jesús al poder civil pudo deberse, pues, a una hábil maniobra del Sanedrín o bien a un tramite obligado de la jurisprudencia romana. Pero en este ámbito civil era preciso apoyar la denuncia en cargos políticos.: la insurrección y el fraude fiscal (Lc. 23:2-5). Por ellos Pilato formula su interrogatorio (Mt. 27:11-12) y por ellos condena a Jesús.

Históricamente, parecen indiscutibles tres datos:

-la condena por el Procurador Romano, Pilato;

-la causa de la condena escrita en el letrero sobre la cruz: haberse Rey de los judíos (Mt. 27:37);-el sistema de la ejecución: La Cruxificcion

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